Ingeniería de hotel

La Comisión de Valores pone la lupa sobre la última operación bursátil de Sol Meliá

Sol Meliá ha sufrido un revés en el intento de integrar su negocio hotelero y su actividad inmobiliaria. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha exigido al grupo de la familia Escarrer una valoración independiente de las entidades que quiera integrar: Meliá Inversiones Americanas (MIA) e Inmotel. Entiende que la operación que Sol Meliá plantea es compleja y cambia la estrategia empresarial, lo que supone nuevos riesgos.

La petición de la CNVM, en principio, no supone un bloqueo del proyecto, sino un retraso para que se pueda aportar información complementaria que arroje lu...

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Sol Meliá ha sufrido un revés en el intento de integrar su negocio hotelero y su actividad inmobiliaria. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha exigido al grupo de la familia Escarrer una valoración independiente de las entidades que quiera integrar: Meliá Inversiones Americanas (MIA) e Inmotel. Entiende que la operación que Sol Meliá plantea es compleja y cambia la estrategia empresarial, lo que supone nuevos riesgos.

La petición de la CNVM, en principio, no supone un bloqueo del proyecto, sino un retraso para que se pueda aportar información complementaria que arroje luz sobre la operación, que ha despertado desde su presentación, el pasado 23 de noviembre, recelos tanto entre los accionistas de estas empresas como en el propio mercado bursátil.

Sol Meliá sorprendió al mercado y a los accionistas el pasado 23 de noviembre con la presentación de una oferta de adquisición de acciones (OPA) sobre el 100% del capital de Meliá Inversiones Americanas (MIA) una filial de la que ya controlaba el 17,3%. La operación trataba de comprar 9,7 millones de acciones. Por cada título se ofrecían 5.067 pesetas.

Una oferta que dejó perplejos a los pequeños accionistas de MIA. Ellos habían acudido, en abril de este mismo año, a la OPV de la empresa a un precio por acción de 6.719 pesetas. Es decir, si acuden ahora a la OPA pierden 1.652 pesetas por acción, a pesar de que la oferta se hace un 12% por encima del precio de cotización.

Pero es que, además, no recibirán dinero sino que deberán cobrar en acciones de Sol Meliá. La proporción es de nueve acciones de Sol Meliá por 10 de MIA, en base a la valoración realizada por Warburg Dillon Read y el Banco Central Hispano (BCH). Estas firmas han valorado el 100% de MIA en 59.537 millones de pesetas.

Para apuntalar la operación, el presidente de Sol Meliá, Gabriel Escarrer, ha propuesto que se ofrezca a los accionistas de MIA el derecho a percibir una compensación en metálico en el caso de que las acciones de Sol Meliá no se revaloricen al menos un 32,5% en el plazo de 18 meses.

Ésta es la primera parte de la operación. La familia Escarrer, que controla el Grupo Meliá, anunció el mismo día que, una vez resuelta la OPA, Sol Meliá se fusionará con Inmotel, la inmobiliaria de la familia que no cotiza en bolsa. La valoración del 100% de Inmotel, también efectuada por Warburg Dillon Read y BCH, se ha situado en 123.215 millones.

Este proyecto de Sol Meliá su pone un cambio radical en la estrategia seguida en los últimos dos años y que se basaba en separar la gestión hotelera de la propiedad de los inmuebles.

Ahora, según un portavoz del grupo mallorquín, se persigue formar un grupo que supere los 100.000 millones de facturación y que pueda competir en el mercado internacional. La capitación bursátil del nuevo grupo se elevaría a 323.000 millones de pesetas, lo que le colocaría entre las 12 primeras compañías del IBEX 35. Según el nuevo planteamiento de la familia Escarrer, la integración se produciría en mayor de 1999.

La operación está siendo vigilada muy atentamente por la Comisión de Valores. Uno de los aspectos que más preocupa a la Comisión es la valoración de la compañía inmobiliaria Inmotel, que no cotiza en Bolsa. El proyecto de integrar esta empresa con la resultante del canje de Sol Meliá y MIA supone un elemento de inquietud para la CNMV. De ahí que se haya pedido una nueva valoración, al margen de la efectuada por Warburg Dillon Read y BCH, que también actuaron como coordinadores globales de la operación de la salida a bolsa de Sol Meliá en el año 1996.

Una operación, pues, inmersa en un clima enrarecido, que ha provocado diversas situaciones confusas. Por ejemplo, durante los últimos días ha aparecido en varios periódicos un anuncio en el que un inversor anónimo ofrece a los accionistas de Sol Meliá y su filial MIA comprar sus títulos al 65% de su valor. "Es una trampa que sólo persigue engañar a los accionistas", señalan los portavoces del Grupo Sol Meliá.

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