Bórrenme del mapa

Hoy he recibido del Inem una citación. Como creo que es muy actual este método de entrevista personalizada y yo no le veo una finalidad concreta, me gustaría que publicaseis una idea que saco de esa velada amenaza de "si no acude a la citación se procederá a darle de baja...". Pues sí, me gustaría que me diesen de baja, pero no sólo de las listas del Inem, sino también del Estado, del Ayuntamiento, de los bancos, de la sociedad en general; que si me bajan del carro, lo hagan con todas las de la ley. Si no tengo derechos, pues, desearía no tener obligaciones. Me explico: en cuanto al Estado, si...

Hoy he recibido del Inem una citación. Como creo que es muy actual este método de entrevista personalizada y yo no le veo una finalidad concreta, me gustaría que publicaseis una idea que saco de esa velada amenaza de "si no acude a la citación se procederá a darle de baja...". Pues sí, me gustaría que me diesen de baja, pero no sólo de las listas del Inem, sino también del Estado, del Ayuntamiento, de los bancos, de la sociedad en general; que si me bajan del carro, lo hagan con todas las de la ley. Si no tengo derechos, pues, desearía no tener obligaciones. Me explico: en cuanto al Estado, si no tengo derecho a un trabajo que me permita comer, cotizar para mi vejez, vivir con dignidad y tener unas prestaciones mínimas, pues que no me pida impuestos, que no me cobre 1.000 pesetas al renovar el DNI, que no me venga con recibos el Ayuntamiento, etcétera. En cuanto a la sociedad, si me margina por mi condición de pobre-vejestorio-no productor-no consumidor, pues les suplicaría que me borrasen de las listas de promociones: no quiero que el banco tal me ofrezca un préstamo guay para comprarme un Ferrari, no quiero que la agencia de viajes cual me ofrezca una bicoca en el Cayo Coco de turno, no quiero...En la era de la informática es sencillísimo sacar un listado de parados y borrarnos del mapa. ¡Quizá lográsemos ser felices de una vez! Emergería una nueva élite sin problemas: los sin nombre, los invisibles, los inexistentes, no tenemos que madrugar para ir al trabajo ni hacer cola en los cines y teatros para ver maravillosas películas ni obras de estreno, no sufriríamos teniendo que decidir dónde pasar las vacaciones, escaparnos el fin de semana, qué libro comprar, qué moda ponernos, cómo renovar los muebles del piso ni reparar en gastos diversos: agentes de Bolsa, caprichitos locos... ¡La verdad es que en esto estamos ya bastante entrenados!

Este párrafo del Inem me ha llevado al maravilloso mundo de la utopía. ¡Sería ideal! No tendríamos DNI, no habría multas, ni impuestos, ni propaganda, ni... ¡Invisibles del mundo, uníos! Borrados del mundo, ¡qué bien suena!- . .