Del "sueño" a la victoria
El sindicato de la Ertzaintza Erne (Ertzainen Nazional Elkartasuna) nació a mediados de 1984 con una comisión gestora formada por tres agentes en cada provincia que se habían encargado de la recogida de firmas necesaria para su creación. El 24 de noviembre de ese año se celebró en Bilbao su primera asamblea. Las primeras líneas de su acta fundacional son una protesta a "la injerencia de ELA-STV que ha intentado boicotear la fundación con unas venenosas cartitas personales" a todos los agentes. El objetivo del nuevo sindicato se expresaba, de forma un tanto poética, en uno de sus documentos: "...
El sindicato de la Ertzaintza Erne (Ertzainen Nazional Elkartasuna) nació a mediados de 1984 con una comisión gestora formada por tres agentes en cada provincia que se habían encargado de la recogida de firmas necesaria para su creación. El 24 de noviembre de ese año se celebró en Bilbao su primera asamblea. Las primeras líneas de su acta fundacional son una protesta a "la injerencia de ELA-STV que ha intentado boicotear la fundación con unas venenosas cartitas personales" a todos los agentes. El objetivo del nuevo sindicato se expresaba, de forma un tanto poética, en uno de sus documentos: "Nacimos como un sueño nunca contado ni compartido, como una acuciante aspiración a que se nos hiciera justicia". En pocos días Erne bajó a la realidad y su primera Junta Rectora fue expulsada de la Ertzaintza tras asegurar que los ertzainas que lograban entrar en la Academia de Arkaute, eran filtrados por el PNV. Los tribunales obligaron, casi un año después, a la consejería de Interior a readmitir a los expulsados. En 1988, Erne celebró su segundo congreso, conocido como el de la "renovación" por el cambio de Junta Rectora. Desde entonces y hasta 1994, Erne firmó con ELA varios acuerdos con la consejeria de Interior. La ruptura se cristalizó en 1996. Desde entonces, junto a UGT y Comisiones Obreras, Erne inició una política de unidad de acción y crítica a Interior.