Estafó 32 millones utilizando las tarjetas de crédito de sus víctimas

Jugaba con ese sueño-deseo tan humano de conseguir el gordo de la lotería. J. M. E. A., de 51 años, se hacía pasar por empleado de una entidad bancaria de la que era cliente la víctima. Por teléfono le hacía creer que había sido agraciada con un importante premio en metálico y que para poder cobrarlo debía proporcionarle los dígitos de la clave de la tarjeta de crédito y depositar ésta en un determinado buzón, normalmente de un bufete de abogados. Con este ingenioso sistema este vecino de San Sebastián ha logrado supuestamente apoderarse de 32 millones de pesetas durante los últimos tres años,...

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Jugaba con ese sueño-deseo tan humano de conseguir el gordo de la lotería. J. M. E. A., de 51 años, se hacía pasar por empleado de una entidad bancaria de la que era cliente la víctima. Por teléfono le hacía creer que había sido agraciada con un importante premio en metálico y que para poder cobrarlo debía proporcionarle los dígitos de la clave de la tarjeta de crédito y depositar ésta en un determinado buzón, normalmente de un bufete de abogados. Con este ingenioso sistema este vecino de San Sebastián ha logrado supuestamente apoderarse de 32 millones de pesetas durante los últimos tres años, mediante extracciones en cajeros automáticos de todo el País Vasco. El pasado miércoles, agentes de la Ertzaintza pusieron fin a este peregrinar por cajeros con tarjeta ajena y detuvieron en el barrio donostiarra de Amara al supuesto estafador de, en su mayoría, personas de edad avanzada. En el momento del arresto llevaba consigo un número de clave apuntado con su correspondiente tarjeta de crédito, perteneciente a la última víctima a la que acaba de estafar, además de 50.000 pesetas que para entonces había retirado ya de esa cuenta. Las investigaciones llevadas a cabo por la policía vasca se iniciaron en 1996, cuando comenzó a denunciarse este tipo de modalidad de estafa. Desde entonces y hasta la fecha, las 63 denuncias investigadas por la Ertzaintza han sido similares. Una vez que el estafador lograba su objetivo, volvía a llamar al domicilio de la víctima y le informaba que el cobro del citado premio se demoraría varios días. En ese tiempo aprovechaba para retirar el dinero disponible en las cuentas, en distintos cajeros automáticos. Generalmente, las cantidades de dinero denunciadas oscilaban entre las 500.000 pesetas y el millón. Sin embargo se han dado estafas especialmente significativas, como el caso de una mujer a la que retiró de su cuenta siete millones de pesetas, en 130 extracciones realizadas durante tres meses.

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