ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"La renovación pedagógica es una asignatura pendiente de la universidad"

ROSARIO VALPUESTARECTORA DE LA PABLO DE OLAVIDE Fue la primera mujer que ocupó un vicerrectorado en la Universidad de Sevilla y después en la de Huelva. La primera catedrática de Derecho en la Hispalense y, en la actualidad, es la única rectora de España. Su objetivo es que la universidad pública ofrezca docentes de calidad que formen a la juventud andaluza para que contribuyan al desarrollo de la región.Es la única rectora que hay en España aunque no es la primera. Está levantando a pulso la segunda universidad de Sevilla con un proyecto y unos criterios de optimización de recursos que resum...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

ROSARIO VALPUESTARECTORA DE LA PABLO DE OLAVIDE Fue la primera mujer que ocupó un vicerrectorado en la Universidad de Sevilla y después en la de Huelva. La primera catedrática de Derecho en la Hispalense y, en la actualidad, es la única rectora de España. Su objetivo es que la universidad pública ofrezca docentes de calidad que formen a la juventud andaluza para que contribuyan al desarrollo de la región.Es la única rectora que hay en España aunque no es la primera. Está levantando a pulso la segunda universidad de Sevilla con un proyecto y unos criterios de optimización de recursos que resumen las ideas que espera aportar al foro Andalucía Nuevo Siglo: calidad en la docencia, jóvenes preparados, medios tecnológicos y puertas abiertas (como la de su despacho) a la sociedad, donde la gente se sienta integrada en el ambiente educativo. Pregunta. ¿Cual será su misión en el Foro? Respuesta. Colaborar con todos los que trabajan en la ponencia Andalucía: comunidad joven y capacitada. Yo he tenido desde siempre contacto directo con la educación y participaré en el Foro desde el convencimiento de la importancia capital de la educación. En el orden académico la orientación hacia el nuevo siglo debe ser conseguir de los jóvenes una capacitación que contribuya al progreso de Andalucía. Configurar unos planes de estudio que les haga competitivos y que les incentiven para la autopromoción. Por otro lado hay que ir hacia una educación de valores. El final del siglo está dejando ver las quiebras de la sociedad: la violencia, las diferencias sociales, la marginación, xenofobia. A que todo esto cambie debe contribuir la educación. Es lo que los jóvenes tendrán que resolver. P. ¿Qué papel jugará la universidad? R. La universidad tiene que servir para el progreso social y económico. Tiene que formar buenos titulados y asumir un papel dirigente en la conformación del modelo social. Pero sin renunciar a se un centro de investigación, de pensamiento y guía en los valores. No puede vivir al margen de la sociedad. P. ¿Cuenta para ello con los medio suficientes? R. Desde luego se necesitan recursos, pero a veces se consigue más con cambios de actitud de todo el personal. Conseguir logros no va ligado exclusivamente a un aumento de los recursos sino a la racionalización de ellos. La universidad necesita una ley de financiación que los rectores están pidiendo. Una ley que equilibre a todas las comunidades. Pero también hay decisiones que no cuestan dinero. P. ¿En qué medida y quienes deben aportar los medios económicos que le faltan a la universidad? R. El volumen más importante, un 80%, viene de la comunidad autónoma. En materia de precios públicos [lo que pagan los alumnos] debe seguirse un criterio social, que es el que se ha aplicado en Andalucía, una subida acorde al IPC. Pero hay una asignatura pendiente: recabar fondos de los medios económicos de la sociedad. Es importante la colaboración entre la universidad y la empresa desde la investigación. Entendiendo por empresa cualquier institución social que pueda aportar algo. Hay que acrecentar el acercamiento a la empresa pero consiguiendo una relación equilibrada, sin renunciar a la investigación básica que es importante para la sociedad. P. Esa relación incluye facilitar al alumno un futuro puesto de trabajo? R. En eso estamos lejos del punto óptimo. Al alumno hay que formarlo para los retos del nuevo siglo, en la especialización que el trabajo le exigirá, pero también hay que darle una formación básica fuerte que permita su reciclaje continuo. Son imprescindibles para ello las prácticas. P. ¿Cómo se despeja la incógnita entre la necesidad de una formación técnica y práctica encaminada al mundo laboral y una formación humanística fuerte sin que ello suponga un exceso de trabajo universitario? R. Con buenos planes de estudio. Con unas asignaturas troncales con carga cultural básica y unos itinerarios curriculares que permitan una posterior especialización. P. A pesar de la masificación, cada año se reduce el número de alumnos. ¿Habrá pronto competencia entre universidades para conseguir clientes? R. Ya estamos sufriendo la reducción del alumnado aunque todavía hay gente que no puede estudiar lo que quiere. Una vez que se resuelva esto, las universidades se medirán por la calidad. La calidad sobre todo en la docencia. No podemos diseñar planes que expulsen al alumno del sistema. Para eliminar el fracaso universitario no hay por qué bajar el nivel, simplemente cambiar el método si no es el adecuado. Reflexionar y ofrecer nuevas técnicas pedagógicas. P. Pero la docencia está perdiendo la partida contra la investigación. ¿Hay buenos investigadores y malos profesores? R. El problema es que el sistema de promoción del profesorado descansa en la investigación. Lo que hay que intentar es que la calidad docente sirva también para promocionar. En esta universidad [Pablo de Olavide], la presentación de méritos docentes irá unida a la mejora en el puesto. El premio a la docencia se evaluará con un sistema mixto que sume a la opinión de los alumnos la evaluación externa de los especialistas y la propia autoevaluación del profesorado. P. Para llegar al alumno deberán tener una capacitación pedagógica que algunos profesores universitarios no consideran necesaria. R. En otros niveles educativos se ha hecho un gran esfuerzo por la renovación pedagógica que no ha hecho la universidad. No sólo hay que saber, sino saber transmitir y teniendo en cuenta lo que se le va a exigir al alumno cuando salga. Es una asignatura pendiente. P. ¿Qué se les va a exigir a los jóvenes en el nuevo siglo? R. No tanto una acumulación de datos cuanto una forma de razonar. Se les pedirá trabajo en equipo, agilidad en la respuesta y más que saber datos, conocer la forma para llegar hasta las fuentes de conocimiento. Y un gran dominio de los medios tecnológicos. Multidisciplinaridad. P. ¿Se está perdiendo entre los estudiantes el espíritu universitario de aprender por aprender, sin otro objetivo? R. Para recuperar eso hay que transmitir la idea de institución. Que se sientan implicados con la universidad en su conjunto. Hacer una renovación interna para engancharlos en el proyecto. Y eso se logra manteniendo un gran contacto con ellos, haciéndoles partícipes de todos los cambios, las iniciativas.

"Hay que acercarse a la empresa sin renunciar a la investigación básica"

Rosario Valpuesta Sevilla, 1953. Catedrática de Derecho Civil. Fue durante dos años vicepresidenta del Consejo Escolar de Andalucía y miembro del Consejo Consultivo. Es la única rectora de España.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En