Dos muertos al despeñarse sus coches por un acantilado de Almería

Dos personas murieron en la madrugada de ayer en un espectacular accidente que se produjo hacia las cuatro y media de la mañana en el kilómetro 432 de la carretera nacional 340, concretamente en el tramo conocido como El Cañarete, que une la capital almeriense con Aguadulce, un núcleo de población muy próximo a Almería. Por otra parte, la policía ha constatado que las carreras ilegales de motos y coches detectadas hasta la fecha en Jerez se han extendido a la zona de La Cartuja de Sevilla.

Un Peugeot 306 blanco, matrícula AL-5435 W, y un Mercedes gris, AL-5772 L, se despeñaron por el ac...

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Dos personas murieron en la madrugada de ayer en un espectacular accidente que se produjo hacia las cuatro y media de la mañana en el kilómetro 432 de la carretera nacional 340, concretamente en el tramo conocido como El Cañarete, que une la capital almeriense con Aguadulce, un núcleo de población muy próximo a Almería. Por otra parte, la policía ha constatado que las carreras ilegales de motos y coches detectadas hasta la fecha en Jerez se han extendido a la zona de La Cartuja de Sevilla.

Un Peugeot 306 blanco, matrícula AL-5435 W, y un Mercedes gris, AL-5772 L, se despeñaron por el acantilado que bordea la N-340 después de colisionar. Según explicaron ayer los bomberos, los coches se llevaron por delante 52 metros de la valla quita miedos antes de volar literalmente sobre el acantilado que tiene unos treinta metros de profundidad. El Peugeot se estrelló sobre las rocas, mientras que el Mercedes se hundió totalmente en el mar. Los bomberos de Almería recibieron el aviso del accidente hacia las cinco de la madrugada, pero el cadáver del ocupante del Mercedes no pudo ser encontrado por los buzos hasta las 13.40. Los fallecidos son Antonio López Fernández, de 25 años y Antonio Nievas Chacón, de 52 años. Por otra parte, la Policía Local de Jerez ha estrechado el cerco en las últimas semanas entorno a las carreras ilegales de motos, una actividad que ha llegado a mover importantes sumas de dinero mediante las apuestas y que también se ha extendido a la ciudad de Sevilla. La vigilancia no ha logrado erradicar definitivamente esta peligrosa afición que, los fines de semana y de madrugada, suele concentrar a nutridos grupos de jóvenes en diversas avenidas del extrarradio de la ciudad.

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