Encuentro con el aliado de Pujol

Las entrevistas políticas que Pasqual Maragall lleva a cabo desde su regreso de Roma con exponentes de un amplio espectro social y político incluyen también a los aliados de su rival, Jordi Pujol. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat se reúne hoy en un hotel de Barcelona con el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida. Al encuentro asistirá también el primer secretario del PSC, Narcís Serra. Los contactos telefónicos entre estos dirigentes políticos son frecuentes, según explican sus colaboradores. En la actual situación política, los dos partidos se ha...

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Las entrevistas políticas que Pasqual Maragall lleva a cabo desde su regreso de Roma con exponentes de un amplio espectro social y político incluyen también a los aliados de su rival, Jordi Pujol. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat se reúne hoy en un hotel de Barcelona con el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida. Al encuentro asistirá también el primer secretario del PSC, Narcís Serra. Los contactos telefónicos entre estos dirigentes políticos son frecuentes, según explican sus colaboradores. En la actual situación política, los dos partidos se hallan en el centro de sendas operaciones acerca de las que cada uno de ellos desea tener información de primera mano. Los socialistas y Maragall están intentando abrir su oferta electoral al espacio político-electoral centrista, del que Unió se declara legítimo representante. Los democristianos, por su parte, acaban de ver como Duran era rechazado por sus aliados de Convergència para ocupar la segunda plaza en la candidatura de Pujol en las próximas elecciones autonómicas. En vez de ser el número dos de la candidatura de CiU, con todo lo que esto podía representar en su caso con vistas al futuro, Duran ha sido relegado al octavo puesto de CiU en la lista de la provincia de Barcelona. El PSC y Maragall están interesados en seguir el desarrollo de las relaciones entre Unió y Convergència, que pasan por una fase de deterioro creciente. Los socialistas estiman que el trato dado por Pujol a Duran en este lance significa, en la práctica, que entre ellos no hay confianza política y que ambas partes lo saben y lo asumen. Creen también que eso facilita que los democristianos piensen cada vez más en un futuro distinto a su alianza con Convergència. Maragall no ignora que la presencia de Duran en el Parlament que surja de las próximas elecciones autonómicas le convertirá en el jefe de fila de un número de diputados que, según cuál sea la correlación global de fuerzas, podrían desempeñar un papel decisivo a la hora de establecer alianzas y formar mayorías. Unió ha practicado desde siempre una política de mano abierta hacia todos los partidos del arco parlamentario, en particular en los momentos de tirantez y ambiente enrarecido. Y la ha convertido en uno de los rasgos que distinguen su comportamiento. Pero las tradicionales buenas relaciones adquieren una importancia especial en momentos como el actual, en el que se extiende cada día más entre los políticos la convicción de que Cataluña está llegando a un final de etapa y se avecinan cambios.

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