El Ararteko pide control sobre los talleres que manejan amianto

El Ararteko se ha puesto en contacto con el Instituto vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan) para recomendarle verificaciones periódicas de los niveles de amianto existentes en talleres de reparación de frenos y embragues de vehículos en el País Vasco. La queja formulada por los familiares de un trabajador de Vitoria fallecido en 1997 por una presunta exposición continuada a este material en un taller ha llevado al defensor del pueblo vasco a demandar que se extremen los controles en este tipo de centros laborales. En la comunicación que el Ararteko ha enviado a Osalan recuerda que el pr...

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El Ararteko se ha puesto en contacto con el Instituto vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan) para recomendarle verificaciones periódicas de los niveles de amianto existentes en talleres de reparación de frenos y embragues de vehículos en el País Vasco. La queja formulada por los familiares de un trabajador de Vitoria fallecido en 1997 por una presunta exposición continuada a este material en un taller ha llevado al defensor del pueblo vasco a demandar que se extremen los controles en este tipo de centros laborales. En la comunicación que el Ararteko ha enviado a Osalan recuerda que el programa de seguridad laboral vigente no incluye los talleres de reparación de frenos y embragues de vehículos. Pese a que Osalan aseguró que desde hace tiempo no se utilizan ese tipo de materiales en las reparaciones, el Ararteko no dio por válida esa aseveración y señala que no se realizan las evaluaciones de amianto en el ambiente que prescribe la legislación. "Si bien es cierto que las nuevas empresas del sector automovilístico han erradicado prácticamente la utilización de este componente, no podemos olvidar que muchos talleres todavía se dedican a reparar modelos antiguos que son susceptibles de contener amianto entre sus piezas de embrague y frenos", señala el escrito. Santiago Busto, el trabajador que falleció el pasado año en Vitoria después de padecer un cáncer en el pulmón, desarrolló durante 33 años su actividad laboral en un garaje de la capital alavesa. Sus familiares denunciaron a la empresa por no haber realizado controles médicos ni haber registrado el uso de este material tóxico en sus actividades.

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