Vehículos de lujo con trampa y recargo

El robo de coches de la gama media -entre tres y cinco millones de pesetas- y alta -a partir de cinco millones- va en aumento porque es un lucrativo negocio que da pingües beneficios y -cuestión importante- porque no está muy castigado por la ley. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía ven cómo, día a día, crecen las denuncias por robos de vehículos y desarticulan cada vez con mayor frecuencia bandas, integradas casi siempre por extranjeros, que roban en España y venden el producto de sus fechorías en los países de la Europa pobre. Estos delincuentes, especialmente los italianos, uti...

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El robo de coches de la gama media -entre tres y cinco millones de pesetas- y alta -a partir de cinco millones- va en aumento porque es un lucrativo negocio que da pingües beneficios y -cuestión importante- porque no está muy castigado por la ley. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía ven cómo, día a día, crecen las denuncias por robos de vehículos y desarticulan cada vez con mayor frecuencia bandas, integradas casi siempre por extranjeros, que roban en España y venden el producto de sus fechorías en los países de la Europa pobre. Estos delincuentes, especialmente los italianos, utilizan también España como mercado en el que colocan los coches robados en países de la Europa rica. La caída de las fronteras en la Unión Europea y la consiguiente liberalización de los mercados han propiciado un fuerte crecimiento en España del mercado de coches de segunda mano, sobre todo por lo que a modelos alemanes de calidad y marca respecta. Pero un comprador no avisado puede estar adquiriendo de buena fe un potente coche alemán robado por una banda iltaliana o búlgara en cualquier país de Europa. El sargento Miguel Bravo, un experto agente del Servicio de Información del Sector de Tráfico de la Guardia Civil, aconseja ser cauto y desconfiado al comprar un coche extranjero de segunda mano de la gama alta. Bravo da una serie de consejos al comprador de buena fe para ahorrarle la desagradable sorpresa de descubrir, tras pagarlo, que el coche que ha adquirido es robado y tiene que restituirlo a su verdadero dueño. El suboficial de la Guardia Civil aconseja que los coches de segunda mano se compren en casas serias y no a particulares, sobre todo si éstos son extranjeros: "Cuando se compra un coche extranjero a un particular se tienen todos los números de estar adquiriendo un vehículo robado y con la documentación falsificada. En cambio, si este coche se compra en una casa legal, ésta se hará cargo de las reclamaciones y quebrantos si al final el vehículo resultara ser robado". El sargento Bravo añade otro dato para personas no advertidas: "Los precios de los coches robados no son un indicador válido para saber que el vehículo que se está comprando es robado porque, para no despertar sospechas, los ladrones venden los coches sustraídos a precios sólo un poco más bajos que los del mercado. Si el precio del coche estuviera reventado, el cliente tiene que saber que, con toda seguridad, está comprando un objeto robado". Para intentar poner coto a estos desmanes, y para proteger a los potenciales compradores, el Ministerio del Interior envió el pasado mes de abril a todas las jefaturas de Tráfico una circular en la que se señala cuáles son los documentos que debe aportar un vendedor como prueba de la legitimidad de los coches extranjeros de segunda mano que se pretendan matricular en España después del 14 de abril de 1998. En todos los casos, estos coches tendrán que estar identificados por su número de bastidor. Interior señala a Tráfico que tiene que pedir un certificado expedido por un organismo público del país de origen del coche que acredite que el vehículo de segunda mano que se pretende matricular ha sido adquirido legítimamente por la persona o empresa que los introduce en España. Es necesario, asimismo, un certificado de la policía del país de origen del coche que acredite que el vehículo no consta en sus archivos como robado. Por último, se precisa un tercer certificado expedido por alguna asociación o federación automovilística que asegure que la persona que haya vendido a un tercero un coche de segunda mano extranjero lo ha adquirido legítimamente y, en cualquier caso, que asume la responsabilidad por cualquier posible irregularidad que se pudiera producir. Los expertos policiales añaden una serie de peticiones para combatir el tráfico de coches robados. Una de ellas afecta a las aseguradoras, que, según marca la ley, deberían informar a las jefaturas de tráfico de los coches que resultan siniestro total, para que dichas jefaturas los diesen de baja. De esta manera, la documentación de estos coches con siniestro total no podría ser usada para endosarla a otro coche idéntico al siniestrado, con lo que éste pasa a tener apariencia de legalidad. Es lo que en el argot policial y del hampa se denomina doblar un coche: el robado circula con la documentación del bueno, que ha resultado siniestro total, pero que no ha sido dado de baja a efectos legales. En ocasiones, se ha detectado que las propias compañías de seguros negocian con el propietario de un vehículo siniestrado y con un desguace la venta de los restos del coche. En estas situaciones, el desguace paga una parte del dinero que debería asumir la aseguradora. Después, el desguace vende los restos a cualquier particular sin dar de baja el vehículo, con lo que se propicia el doblaje de coches robados. Y una petición a los fabricantes: que no hagan coincidir la llave del contacto con la del depósito de combustible. Si esta coincidencia se produce, como pasa en algunos potentes y prestigiosos coches alemanes, los ladrones lo tienen muy fácil, porque sacan el bombín del depósito de gasolina, de él extraen el código de la llave y con una copia que hacen al instante, abren, arrancan impunemente el coche y lo venden miles de kilómetros más lejos.

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