La juez autoriza a Boliden a actuar en el interior de la balsa de Aznalcóllar tras el fin del peritaje

Boliden, la empresa propietaria de la explotación minera de Aznalcóllar, comenzará hoy los primeros trabajos para reparar el boquete en la balsa que reventó el pasado 25 de abril, provocando un vertido tóxico en el cauce del río Guadiamar. Celia Belhadj-Ben, la juez que lleva las investigaciones sobre este desastre ecológico, dio ayer autorización a la empresa para iniciar los trabajos, una vez que los peritos le informaron de que habían finalizado la recogida de muestras en la zona. La magistrada satisfizo así el requerimiento de la comisión Junta-Gobierno.

Los representantes de las ad...

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Boliden, la empresa propietaria de la explotación minera de Aznalcóllar, comenzará hoy los primeros trabajos para reparar el boquete en la balsa que reventó el pasado 25 de abril, provocando un vertido tóxico en el cauce del río Guadiamar. Celia Belhadj-Ben, la juez que lleva las investigaciones sobre este desastre ecológico, dio ayer autorización a la empresa para iniciar los trabajos, una vez que los peritos le informaron de que habían finalizado la recogida de muestras en la zona. La magistrada satisfizo así el requerimiento de la comisión Junta-Gobierno.

Los representantes de las administraciones autonómica y central, José Antonio Viera y Félix Pérez Miyares, acudieron hace una semana al Juzgado número 2 de Sanlúcar la Mayor. Su intención era que la juez que lleva la instrucción del caso levantara la providencia que paralizó cualquier trabajo en la zona de la rotura. El permiso ha tenido que esperar a que los técnicos de la empresa Rodio comunicaran, en la mañana de ayer, que habían acabado de tomar las muestras necesarias para el informe de los peritos. Los primeros trabajos autorizados por el auto de la magistrada incluyen la estabilización de "las vertientes de los canales de erosión", según señala un comunicado de Boliden, en el que informa, además, que los trabajos comenzarán hoy. Esta actuación está encaminada a modificar la dirección en la que presionan los millones de metros cúbicos de residuos mineros que aún alberga, en estado sólido, la balsa minera. La modificación de la vertiente desplazará la presión del muro oeste -donde se produjo la rotura-, al este. Tras la entrevista de la pasada semana con la juez, Pérez Miyares señaló la importancia de esta medida para evitar que se produzca cualquier nuevo vertido si en otoño se producen copiosas lluvias que arrastren los residuos mineros. Esta actuación se completará con otras -Boliden se gastará 2.500 millones de pesetas- para clausurar la balsa sinietrada. La empresa tiene la intención de finalizar estos trabajos antes del plazo de dos meses. Las medidas previstas, algunas de las cuales requerirán nuevas autorizaciones de la juez, incluyen la ejecución de un contrafuerte de seguridad, una barrera impermeable entre el contrafuerte de seguridad y el río Agrio -afluente del Guadia-mar-, y una cubierta de parte de la balsa con roca y arcilla. Boliden realizará nuevas voladuras en la corta de los Frailes -explotación que ha suspendido su producción desde la rotura de la balsa minera- para extraer 20.000 toneladas de roca que usará en los trabajos de sellado.

Reforestación del cauce

A las prioridades establecidas al principio del desastre ecológico le suceden, una vez resueltas, otras nuevas. El ejército de camiones y excavadoras ha retirado ya casi tres millones de metros cúbicos de material -lo que incluye tanto lodo tóxico como cobertura vege-tal-, y la depuradora y los reactivos químicos han concluido el tratamiento del agua tóxica de Entremuros. Uno de los próximos retos a los que deben enfrentarse en las administraciones se ha derivado de estas actuaciones urgentes: el uso masivo de maquinarias ha dejado el cauce del Guadiamar desprovisto de defensas naturales. La comisión Junta-Gobierno se reunirá esta semana para coordinar un plan de reforestación inmediato que palíe la erosión. El temor de las administraciones es que el cauce del Guadiamar se convierta, con las lluvias, en una autopista que traslade la contaminación residual a Doñana.

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