La ciudad de las piscinas cerradas

En las piscinas de la ciudad de Valencia el cerrojo se ha impuesto al calor. Darse un chapuzón en agosto se ha convertido en un difícil reto para los ciudadanos que pasan el mes más caluroso del año sobre el asfalto de la ciudad. Las principales piscinas cubiertas, sin excepción, cierran sus puertas desde el 31 de julio al 1 de septiembre. La razón: prepararlas para la temporada siguiente. Las reformas pueden más que los calores estivales. Las piscinas municipales del polideportivo del barrio del Carmen y de la Font de Sant Lluís, ambas cubiertas, se encuentran cerradas por "limpieza y acondi...

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En las piscinas de la ciudad de Valencia el cerrojo se ha impuesto al calor. Darse un chapuzón en agosto se ha convertido en un difícil reto para los ciudadanos que pasan el mes más caluroso del año sobre el asfalto de la ciudad. Las principales piscinas cubiertas, sin excepción, cierran sus puertas desde el 31 de julio al 1 de septiembre. La razón: prepararlas para la temporada siguiente. Las reformas pueden más que los calores estivales. Las piscinas municipales del polideportivo del barrio del Carmen y de la Font de Sant Lluís, ambas cubiertas, se encuentran cerradas por "limpieza y acondicionamiento de las instalaciones" para el mes de septiembre, según afirman desde el Área de Deportes del Ayuntamiento de Valencia. Cuestión distinta es la popular Piscina Valencia -también de propiedad municipal pero cuya gestión recae sobre el empresario valenciano Jesús Barrachina-. Tras haber estado cerrada durante varios años fue reacondicionada y reinaugurada -largo retraso y multa incluidos- hace unos meses. Pese a ello, permanece cerrada en agosto, según afirma un portavoz, por descanso de personal y para "colocar más duchas". Otros recintos públicos cubiertos como la piscina de la Universidad Politécnica de Valencia, la de la Consejería de Educación o la piscina de las Escuelas San José, también estarán vacías durante este mes. Frente a este cerrojazo generalizado sólo tres piscinas públicas permanecen abiertas en agosto, todas ellas situadas en la periferia de la ciudad. Los parques de Natzaret y Benicalap -barrios situados en el extrarradio de la ciudad- son los únicos centros municipales que ofrecen la posibilidad de darse un chapuzón en sus piscinas. Junto a ellas, la piscina de las Arenas, en la playa de la Malva-rosa, completa esta particular terna.

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