Tribuna:

UN INSTANTE DE FELICIDAD Joubert

Los aforismos no son para la juventud. "Una verdad hecha de ladrillo", dice el joven del aforismo, hablando en aforismo sin saberlo. Sin embargo, con el paso del tiempo y con el paso de Joubert, sobre todo, pueden llegar a hacerse dos descubrimientos fundamentales. El primero, que los grandes aforismos son aquellos ante los que el lector pregunta: "¿Y qué pasó luego?". El segundo, que los grandes aforistas son escritores de una sintaxis particular: el único nexo que utilizan es el punto y aparte y jamás han de escribir -como en las novelas convencionales- que la marquesa salió de su casa a las...

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Los aforismos no son para la juventud. "Una verdad hecha de ladrillo", dice el joven del aforismo, hablando en aforismo sin saberlo. Sin embargo, con el paso del tiempo y con el paso de Joubert, sobre todo, pueden llegar a hacerse dos descubrimientos fundamentales. El primero, que los grandes aforismos son aquellos ante los que el lector pregunta: "¿Y qué pasó luego?". El segundo, que los grandes aforistas son escritores de una sintaxis particular: el único nexo que utilizan es el punto y aparte y jamás han de escribir -como en las novelas convencionales- que la marquesa salió de su casa a las cinco de la tarde. "Hombres rectos como cañas. Es decir, que van a doblegarse al menor soplo de viento". Aquí está todo Joubert. El moralista desconfiado. El aliado de la verdad: y por tanto de la ironía. El ameno y profundo Joseph Joubert, que pasó elíptico, es decir, sin doblegarse, por la Revolución, el Terror y la Restauración de Francia. Su estilo, una indómita vía de agua, se aprecia especialmente donde vive Felicidad, allí donde todo lo importante es indiscutible.

Joubert. Aforismos. Edición a cargo de Carlos Pujol. Edhasa 1995.

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