EL MÉDICO EN CASA

Los hongos no quieren pies limpios

Al hablar de los hongos, lo primero que dice el especialista en dermatología, Francisco Camacho, es que ésta es una enfermedad bacteriana "muy propia" de ahora. "Antes no tenía tanta importancia; no había piscinas, ni se bañaba tanto la gente, ni nos preocupábamos de la piel", señala. Básicamente, existen dos tipos de hongos: aquéllos que aparecen en la espalda, pecho, cuello..., que conviven con nosotros desde siempre, -"como el virus del herpes", dice Camacho-; y que se desarrollan cuando se debilitan nuestras defensas. "Por ejemplo, cuando nos exponemos al sol en exceso", aclara el dermató...

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Al hablar de los hongos, lo primero que dice el especialista en dermatología, Francisco Camacho, es que ésta es una enfermedad bacteriana "muy propia" de ahora. "Antes no tenía tanta importancia; no había piscinas, ni se bañaba tanto la gente, ni nos preocupábamos de la piel", señala. Básicamente, existen dos tipos de hongos: aquéllos que aparecen en la espalda, pecho, cuello..., que conviven con nosotros desde siempre, -"como el virus del herpes", dice Camacho-; y que se desarrollan cuando se debilitan nuestras defensas. "Por ejemplo, cuando nos exponemos al sol en exceso", aclara el dermatólogo. Pero los hongos más frecuentes son aquellos que casi todo el mundo ha padecido alguna vez en sus pies. Se denominan de pie de atleta y suelen contagiarse en piscinas y playas. Las causas son simples: la humedad y la suciedad. "Y si no se curan bien", explica Camacho "aparecerán y desaparecerán constantemente, ya que contra estas bacterias uno no se inmuniza". De modo que el mejor remedio es mantener los pies limpios, secos, y usar zapatillas en las zonas de baño. El consejo del especialista es que el afectado vaya al médico. Sólo él podrá establecer el tratamiento adecuado. Uno de los remedios más simples es ponerse en los pies, por las mañanas, protegidos por un calcetín, polvos antisépticos. Para el tratamiento nocturno existen cremas que dan muy buenos resultados. Ponerse calzados abiertos, o de esparto, también es bueno. Según Camacho, los problemas de hongos se solucionan fácilmente siempre y cuando se siga el tratamiento hasta el final; "precisamente ahí es donde radica el problema", insiste, "que la gente, en cuanto ve que han desaparecido, deja de darse la pomada y a los pocos días vuelven a aparecer". Si el médico insiste en que son tres semanas las que hay que tratarse, ¡pues son tres semanas!, y no cuatro días, ni diez.

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