Entrevista:

"Hace falta que se estrenen menos obras y se programen más

José García Román (Granada, 1945) es uno de los grandes compositores españoles a los que su ciudad aún no ha terminado de reconocerle la valía. Premio Nacional de Música de 1997, Premio Andalucía de Música de 1990, autor de una abrumadora ópera -El bosque de Diana, con libreto de Antonio Muñoz Molina-, de cuatro sinfonías y un sinfín de composiciones, García Román ejerce de francotirador musical y de filósofo reflexivo. "En la música clásica hoy se produce demasiado", afirma. "Hace falta que se estrenen menos obras y se programen más". Pregunta. Granada ha dado en los últimos años cinco premio...

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José García Román (Granada, 1945) es uno de los grandes compositores españoles a los que su ciudad aún no ha terminado de reconocerle la valía. Premio Nacional de Música de 1997, Premio Andalucía de Música de 1990, autor de una abrumadora ópera -El bosque de Diana, con libreto de Antonio Muñoz Molina-, de cuatro sinfonías y un sinfín de composiciones, García Román ejerce de francotirador musical y de filósofo reflexivo. "En la música clásica hoy se produce demasiado", afirma. "Hace falta que se estrenen menos obras y se programen más". Pregunta. Granada ha dado en los últimos años cinco premios nacionales. Muñoz Molina, Rafael Guillén, García Montero, Enrique Morente y usted. ¿A qué cree que se debe? Respuesta. No creo que se deba a nada en especial. Es más bien que en la ciudad ha quedado un poso de esa etapa de oro que fue el primer tercio del siglo XX, lo que hemos heredado de personajes como Fernando de los Ríos, Falla, Lorca... Hay algo de fantasía en la ciudad que hace que muchos vivamos con el corazón puesto en ella y el cerebro puesto en el mundo. Como decía Lorca: "Hay que echar los pinceles a volar". Supongo que sigue existiendo el espíritu de trabajar en pura libertad y puro riesgo. P. Pero cinco son muchos... R. Los premios son en muchas ocasiones simplemente accidentales, no nos engañemos. Son una casualidad. Sí creo que, gracias a esa herencia de la que hablaba, Granada está pisando fuerte. Tiene como un gran almacén de trigo, de talento. La presencia de Falla, de Lorca, todo eso ha dejado algo, foros de ideas, corrientes que se han mantenido. P. Otros, sin embargo, ven a Granada como un páramo, un campo de secano. R. Sí. En Granada hay mucho desorden. Hay una politización excesiva, mucho intervencionismo, sobre todo en la cultura. Y tampoco se respetan los talentos, la obra de cada persona. No existe una auténtica crítica en la sociedad y sólo se valora a alguien si sale en los medios de comunicación. Particularmente, yo sólo aspiro a hacer mi propia obra. P. ¿Qué necesitaría la ciudad para ser un verdadero foco cultural? R. Que abandonara los enfrentamientos ridículos y la politización. No se puede enfrentar al rock con la música clásica ni a ésta con la música contemporánea. Todo eso son ofertas, posibilidades, y todos los géneros tienen su sitio. No falta sitio, lo que sucede es que muchas actividades no están en el sitio adecuado. P. ¿Es rentable la música clásica? R. Éso ni me lo planteo. Yo nací con ese impulso. Siempre supe que no era lo más fácil del mundo, pero es mi mundo, y no me arrepiento en absoluto.

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