Argentina llora a su selección

Críticas al trabajo de Passarella y a la actuación de Ortega

Desde el sábado, a la hora en que Argentina quedó eliminada de la Copa del Mundo, el cielo se cerró sobre el invierno de Buenos Aires y una llovizna gris, como una niebla, como una "garúa", parece cantar la letra del tango de Enrique Cadícamo: "Garúa/sólo y triste por la acera/ va este corazón transido...". Más de 1.500 policías, dispuestos alrededor del obelisco para controlar el desborde del esperado festejo, fuman, silenciosos y ateridos, esperando la orden de volver a casa refugiados en los umbrales de los negocios cerrados. ¿Dónde se metieron el fin de semana los bonaerenses?En el fútbol,...

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Desde el sábado, a la hora en que Argentina quedó eliminada de la Copa del Mundo, el cielo se cerró sobre el invierno de Buenos Aires y una llovizna gris, como una niebla, como una "garúa", parece cantar la letra del tango de Enrique Cadícamo: "Garúa/sólo y triste por la acera/ va este corazón transido...". Más de 1.500 policías, dispuestos alrededor del obelisco para controlar el desborde del esperado festejo, fuman, silenciosos y ateridos, esperando la orden de volver a casa refugiados en los umbrales de los negocios cerrados. ¿Dónde se metieron el fin de semana los bonaerenses?En el fútbol, la victoria da derechos pero la derrota los quita. En cuanto Bergkamp marcó el gol de la victoria holandesa, inmediatamente después de que expulsaran a Ortega y a sólo tres minutos del final, el comentarista Fernando Niembro, de la cadena Telefé, decía en tono exaltado: "Ortega no es jugador de selección" y, enseguida, "Passarella se equivocó y tendrá que dar explicaciones". El entrenador Daniel Passarella sabía que ahora "los invictos", como llama a los periodistas, le harían pagar con intereses de usura todas las facturas acumuladas.

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Durante cuatro años El Kaiser Passarella retuvo el poder sobre la conducción de la selección argentina de fútbol con mano de acero. Imponía jugadores sobre los gustos de la prensa y de la afición, exigía el pelo corto, la boca cerrada y disciplina. En su plantilla no entraban figuras destacadas como Redondo o Caniggia, quizá porque tenían demasiada personalidad. Sin Maradona y con sus jóvenes estrellas, Passarella llegó a disputar la final de los Juegos Olímpicos, se clasificó para la Copa del Mundo y obtuvo victorias resonantes como el 0-1 frente a Brasil en el Maracaná, hace dos meses. Para entonces, la victoria daba derechos y los comentaristas, Niembro incluido, destacaban la firmeza de carácter y la convicción que había tenido el entrenador. Todos, eufóricos, subieron a los aviones hacia Francia.

"Holanda le bajó el telón al sueño argentino", decía ayer en la portada el diario Clarín, pero el periodista Horacio Pagani, uno de los más destacados analistas del fútbol argentino, advertía: "Ahora no hay derecho al oportunismo ni a la crueldad del que tiene la ventaja porque ya sabe el resultado" y basa su crítica en la "falta de convicción" de los jugadores y de Passarella para desarrollar el tradicional estilo de juego argentino, "porque el entrenador confió más en la táctica que en el concepto del juego".

Ángel Cappa, habitual colaborador de Jorge Valdano y actual entrenador del Racing de Avellaneda, coincidía con Pagani en sus comentarios para la cadena América de televisión: "Holanda jugó como debía hacerlo Argentina, tocando el balón, atacando y abriendo el campo. Ellos han aprendido esto y lo incorporaron desde la época de Cruyff, pero el futbolista argentino lo siente desde tiempos inmemoriales y es increíble que pierda la fe en su juego". A su lado, Diego Maradona, asentía. "Argentina tiene que volver a jugar como Argentina". A su vez, César Menotti consideró que "Argentina jugó a la italiana" y advirtió sobre los riesgos de "olvidar" el estilo que les consagró.

Maradona se propuso como sucesor de Passarella y aseguró que "en cuanto llegue a Buenos Aires" le va a presentar un proyecto a Julio Grondona, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), porque quiere ser "el entrenador de la selección". El supuesto proyecto de entrenar y jugar en un equipo inglés ya se había olvidado.

Pero Maradona tendrá que olvidarse de la selección porque el próximo entrenador será José Pekerman, ganador de dos copas del mundo con la sub20 y una con la sub17. Grondona no va a aceptar esta vez que le elijan el seleccionador como cuando el jefe del Estado, Carlos Menem, le "sugirió" nombrar al entonces entrenador del River, equipo del que es fanático. Por su parte, Passarella dijo ayer que deja la selección "con la conciencia tranquila": "No cumplimos el objetivo de estar entre los cuatro primeros, pero si analizamos cómo quedó eliminada Argentina y contra los rivales que le tocó jugar creo que no es un fracaso".

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