Tribuna

Estéril por centralizado

Mala defensa. Argentina se mostró insegura en los 45 minutos iniciales. Primero porque a Almeyda le costó mucho convertirse en el cuarto defensor. También porque en cuanto un inglés eliminaba en el uno contra uno a su marcador anulaba a la defensa entera. Además, en los saltos que iniciaron varios ataques ingleses, los argentinos daban por hecho que los iba a ganar su compañero, no el rival, y descuidaban su propia marca.Ayala y Vivas. Fueron los responsables de las nulas llegadas inglesas en los 75 minutos finales. Permitieron que Argentina desarrrollara su intento sin sobresaltos ...

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Mala defensa. Argentina se mostró insegura en los 45 minutos iniciales. Primero porque a Almeyda le costó mucho convertirse en el cuarto defensor. También porque en cuanto un inglés eliminaba en el uno contra uno a su marcador anulaba a la defensa entera. Además, en los saltos que iniciaron varios ataques ingleses, los argentinos daban por hecho que los iba a ganar su compañero, no el rival, y descuidaban su propia marca.Ayala y Vivas. Fueron los responsables de las nulas llegadas inglesas en los 75 minutos finales. Permitieron que Argentina desarrrollara su intento sin sobresaltos defensivos. Toma valor su actuación porque cuando se juega con uno más todos creen que el que queda eximido de regresar es uno mismo y porque cuando se ataca tanto y no se convierte, el desánimo desinvolucra de los compromisos defensivos a la mayoría. También debe considerarse el desinterés paulatino de Owen y Shearer por inquietarles.

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Contra los que les creen irrelevantes. El partido le decía a Argentina "basta por adentro, vayamos por los costados". El entrenador lo gesticulaba desde el banquillo y ningún futbolista negará haberlo oído. Sin embargo, Argentina no gestó un solo desborde y dispuso de 100 pelotas para intentarlo. Cuando se minimiza la tarea del entrenador deberían sopesarse estos episodios: el técnico no debe responsabilizarse sólo de los caminos propuestos sino de que efectivamente éstos se recorran.

Situaciones aisladas. Hubo un montón de sucesos extraños que fueron conduciendo el trámite: dos penales, un gol de pelota detenida, una expulsión prematura... Estos hechos fueron más determinantes que la producción futbolística.

La figura. Fue Ortega. Perdió incidencia con el correr de los minutos, algo que se puede atribuir al desgaste, pero también a la nueva posición que tomó en el campo, acompañando al delantero centro. Su primer tiempo lo ubica entre las grandes actuaciones del campeonato. Desequilibró e hizo jugar.

Owen. Cambio de ritmo, ilocalizable para el rival y que cuando el defensa está intentando evitar que reciba la pelota, él ya está en lo que viene después. Su marcador siempre parece fuera de distancia. Las figuras del futuro van a responder a este molde.

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