Tribuna:

Tutela

Los mercados financieros continúan disfrutando de la tranquilidad que proporciona la tutela de los grandes bancos centrales sobre el mercado de divisas. El yen se convirtió ayer en la única moneda que no se depreciaba frente al creciente atractivo del dólar, lo que confirmaba las sospechas de los operadores del mercado de divisas sobre la constante presencia de la reserva federal para mantener las cosas en su sitio.

Los mercados de valores europeos pusieron la proa aprovechando los vientos dominantes y al cierre consiguieron avances medianamente importantes, aunque Londres quedó descolg...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los mercados financieros continúan disfrutando de la tranquilidad que proporciona la tutela de los grandes bancos centrales sobre el mercado de divisas. El yen se convirtió ayer en la única moneda que no se depreciaba frente al creciente atractivo del dólar, lo que confirmaba las sospechas de los operadores del mercado de divisas sobre la constante presencia de la reserva federal para mantener las cosas en su sitio.

Los mercados de valores europeos pusieron la proa aprovechando los vientos dominantes y al cierre consiguieron avances medianamente importantes, aunque Londres quedó descolgado del proceso. La Bolsa de Madrid subió un 1,23% con una contratación de 159.243 millones de pesetas efectivas en el mercado continuo, pero una tercera parte de ese importe se consiguió a base de aplicaciones y de operaciones pactadas entre un mismo intermediario a través de diferentes delegaciones.

El resto, 100.000 millones de pesetas, apenas justifican la tendencia alcista, pero ayer se trataba de aprovechar las circunstancias. La Bolsa de Nueva York subió 52,82 puntos durante la sesión, un 0,59% y cerró a 8.997,36, seguramente como medida de agradecimiento al esfuerzo de China para mantener sus compromisos de no devaluar el yuan. La Bolsa de Japón también se mantenía en una zona neutra, con lo que alejaba los augurios sobre un retroceso de la mano del yen ante los numerosos pronósticos de un fracaso de las medidas decretadas por el Gobierno japonés para frenar una crisis que parece estar más allá de sus capacidades.

En esta ocasión no hubo reacción alguna en los mercados de deuda, aunque tampoco se desmontaron posiciones. La rentabilidad de la emisión española a diez años se mantenía en el 4,99%, coincidiendo con la orientación del mercado alemán. Esta vez el ajuste fue perfecto y el diferencial entre ambos países se mantenía en 0,24 puntos, un nivel demasiado alto para las expectativas de los analistas españoles. En conjunto, esta jornada debe inscribirse dentro de los actos que celebran la visita del presidente de EE UU a China.

Archivado En