Una librería en mitad del desierto

La serie televisiva Star Trek, con el inevitable doctor Spock de las orejas puntiagudas, muchos elementos de la estética del cine de Álex de la Iglesia o Santiago Segura o los cómics de Marvel forman parte de las maneras de entretenerse y llenar el tiempo libre de miles de jóvenes españoles. Las disquisiciones filosóficas de Spock en la nave que surca océanos de estrellas o la fiesta del inicio de Acción mutante, el primer filme de Álex de la Iglesia, no son más que botones de muestra de una estética que entrevera múltiples referencias. La literatura de género -fantástica, ciencia ficción, te...

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La serie televisiva Star Trek, con el inevitable doctor Spock de las orejas puntiagudas, muchos elementos de la estética del cine de Álex de la Iglesia o Santiago Segura o los cómics de Marvel forman parte de las maneras de entretenerse y llenar el tiempo libre de miles de jóvenes españoles. Las disquisiciones filosóficas de Spock en la nave que surca océanos de estrellas o la fiesta del inicio de Acción mutante, el primer filme de Álex de la Iglesia, no son más que botones de muestra de una estética que entrevera múltiples referencias. La literatura de género -fantástica, ciencia ficción, terror- o el cine de serie B juegan un papel decisivo. Gran parte de este caudal creativo y de pensamiento queda reflejado en los fanzines, unas publicaciones a medio camino entre las revistas convencionales y las fotocopias de páginas grapadas que pergeñan grupos de amigos en la universidad. La cultura que hace del fanzine un polo de referencia tiene en Barcelona, Madrid, Valencia o Bilbao abundantes lugares de encuentro. Sin embargo, Sevilla apenas cuenta con este tipo de centros. La librería Nostromo, situada a un tiro de piedra de la plaza Nueva, es una excepción que batalla, junto a otros pocos comercios de este tipo, en el desierto. Libros de cómics, literatura fantástica y de ciencia ficción, posters, vídeos, miniaturas, juegos y fanzines ocupan el local. Desde esta librería se lleva adelante Parsec, un fanzine dedicado a la ciencia ficción. Este fanzine consta de 32 páginas de pequeño tamaño y es un ejemplo de este tipo de publicaciones. En este caso, es la ciencia ficción la dueña del cotarro. En otros fanzines las temáticas estrella son los vampiros, el mundo de elfos, hobbits, trolls, enanos y endrinos de Tolkien, el cine fantástico inglés o cualquier asunto que se tercie. En Parsec hay artículos dedicados a clásicos de la ciencia ficción como Dune, el maravilloso sueño trazado en la pantalla por David Lynch a partir de la obra novelística de Frank Herbert, o El planeta de los simios, una película que ha cumplido ya los 30 años sin perder un ápice de su fuerza. José Manuel Rey se encarga de la maqueta y la realización del fanzine. Es, además, propietario de la librería Nostromo. Tiene 23 años de edad. Rey destaca el poco influjo que tiene en Sevilla este movimiento cultural. "Es sorprendente. Conozco la situación en Inglaterra, Francia y otras capitales españolas. Ves ciudades con el mismo número de habitantes que Sevilla y, sin embargo, tienen 10 veces más afición que aquí. Por ejemplo, Toulouse", afirma Rey. El realizador de Parsec atribuye esta situación al fuerte peso de la tradición cultural. "En Sevilla es muy difícil que arraiguen influencias americanas y japonesas. Sevilla tiene una cultura propia muy fuerte. El gran público de Sevilla tiene una gran coraza contra el exterior. Ese público sevillano te puede entender de la Semana Santa, el Rocío y la Feria, pero no, por ejemplo, de Tracy Lords ni de cualquier otra actriz porno. Esta situación no es exclusiva de Sevilla, sino que se extiende al resto de Andalucía", explica. "Sin embargo, ya va creándose una sociedad que tiende menos al borreguismo y hay más personas a las que les interesa cultivar sus propias aficiones", agrega. Rey extrae esta opinión de la gente que entra en su tienda, donde abundan los chavales. El espectro principal está entre los 15 y los 28 años. Pero hay también personas de 40 años e, incluso, de 50 a los que les interesa esta cultura. "Sevilla debería salir de su cerrazón y abrirse a una cultura más cosmopolita", concluye Rey.

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