Reportaje:

El cuerpo animado

La actriz Miriam Mézièrs ofrece dos funciones golfas de 'Extraña fruta', su espectaculo erótico

El territorio del espectáculo erótico atrae poco a los buceadores de alta cultura o de teatro de firma. Quizá no sea tanto por rechazo hacia el género o a los rijosos molledos que terminan luciéndose sobre el escenario, sino porque esta oferta habitualmente ofrece poco más que la pura exhibición, mucha veces sin ningún arte añadido, de las carnes tolendas y demás bisagras corporales.Pero Miriam Mézièrs es distinta, y está en Madrid. Actriz de culto de muchos cinéfilos, musa erótica del cine europeo y fetiche de diversos realizadores, fundamentalmente el suizo Alain Tanner, es además mujer de t...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El territorio del espectáculo erótico atrae poco a los buceadores de alta cultura o de teatro de firma. Quizá no sea tanto por rechazo hacia el género o a los rijosos molledos que terminan luciéndose sobre el escenario, sino porque esta oferta habitualmente ofrece poco más que la pura exhibición, mucha veces sin ningún arte añadido, de las carnes tolendas y demás bisagras corporales.Pero Miriam Mézièrs es distinta, y está en Madrid. Actriz de culto de muchos cinéfilos, musa erótica del cine europeo y fetiche de diversos realizadores, fundamentalmente el suizo Alain Tanner, es además mujer de teatro, cantante, escritora y un animal erótico que no está dispuesto a renunciar, tal y como ha comentado en alguna ocasión, al hecho de que ella también es un cuerpo: "Es algo que reivindico, un cuerpo animado".

Con ese cuerpo, una serie de canciones y músicas de Billy Holiday, La Lupe y percusiones africanas; unos textos escritos por ella y una sensualidad fuera de lo común, Mézièrs ha puesto en pie una Extraña fruta. Un espectáculo calificado de cabaré-erótico-musical en el que se ofrece algo más que un desnudo al uso. Sólo habrá hoy y mañana dos únicas funciones, golfas, en el teatro Alfil, donde ya estuvo hace dos años con este mismo montaje que ahora trae reformado, revisado y con algún elemento nuevo.

Elige este escenario porque dice necesitar un espacio íntimo y un público con talento y sensibilidad dispuesto a establecer una relación amorosa con el espectáculo: "Necesito de esa atractiva proximidad que respira el olor a mojado entre el escenario y el patio de butacas..., el público se convierte en mi amante", comenta.

En Extraña fruta, MM, como se la conoce, baila, canta y dialoga con el público. Un público con el que la actriz establece un juego de sensualidades que llegan al desnudo integral. El de ella, claro. El espectáculo es también una provocación en la que la sensualidad y el sexo, vistos con sentido del humor y sin pudor, son los protagonistas.

Con cada vez más presencia en el cine español bajo las órdenes de directores como Artero o Gómez Pereira, sus descansos de la pantalla no sólo los ocupa con su íntimo espectáculo, sino con la creación literaria.

Hija de un egipcio y de una pianista checa, pasó su infancia, tras quedar huérfana, en una institución benéfica para hijos de artistas. "Ser una chica, no tener nada en el mundo más que este cuerpo elástico y estos ojos de niña que ya vieron demasiado me ha permitido hacer esta función", dice Mézièrs para explicar un espectáculo que sólo se parece a ella.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En su juventud se instaló en Francia, donde trabajó con Jerôme Savary, Fernando Arrabal, Bernard Marie Koltés y otros conocidos dramaturgos. Todavía no ha decidido a qué país pertenece ni cuál es su lengua natal, ya que se comunica en varios idiomas. Su edad es indefinida. No así su cuerpo.

Extraña fruta. Teatro Alfil. Pez, 10. Metro Noviciado. Viernes 26 y sábado 27, a la una de la madrugada. 1.500 pesetas.

Archivado En