Un hijo del capo de los "Charlines", condenado a 18 años de cárcel

Melchor Charlín Pomares, hijo del jefe del clan de los Charlines, Manuel Charlín Gama, fue condenado ayer a 18 años de cárcel y una multa de 200 millones de pesetas por su participación en las operaciones de narcotráfico descubiertas tras la llamada Operación Nécora.La Audiencia Nacional, que en su día absolvió al jefe del clan y a otro de sus hijos, Manuel Chalín Pomares, ha considerado a Melchor autor de un delito de tráfico de droga. Charlín Pomares participó en varios desembarcos de droga en las costas gallegas en 1989, que sumaban cerca de cuatro toneladas de hachís y 600 kilos de cocaína...

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Melchor Charlín Pomares, hijo del jefe del clan de los Charlines, Manuel Charlín Gama, fue condenado ayer a 18 años de cárcel y una multa de 200 millones de pesetas por su participación en las operaciones de narcotráfico descubiertas tras la llamada Operación Nécora.La Audiencia Nacional, que en su día absolvió al jefe del clan y a otro de sus hijos, Manuel Chalín Pomares, ha considerado a Melchor autor de un delito de tráfico de droga. Charlín Pomares participó en varios desembarcos de droga en las costas gallegas en 1989, que sumaban cerca de cuatro toneladas de hachís y 600 kilos de cocaína. Aunque varios de los que intervinieron en las operaciones de narcotráfico ya fueron condenados hace años por la Audiencia Nacional, en un macrojuicio que se celebró en una sala de gran capacidad en la Casa de Campo de Madrid, Melchor Charlín no llegó a ser juzgado porque estaba en paradero desconocido.

El ahora condenado, de 36 años, estuvo declarado rebelde en la causa desde 1990 hasta 1997. El 29 de enero de 1996, Interpol comunicó a la Audiencia que Melchor Charlín se encontraba detenido en Tanger (Marruecos), donde había sido condenado por los tribunales marroquíes a cuatro meses de prisión. El sumario fue reabierto y se solicitó la extradición. Charlín fue efectivamente entregado a las autoridades españolas el 4 de abril de 1997.

Incriminación

Durante el juicio, que concluyó el pasado día 1 de junio, el arrepentido Manuel Fernández Padín, que ya se encuentra condenado por esos delitos, acusó a Melchor Charlín de haber intervenido en los hechos y de haberle pagado 200.000 pesetas por haber participado en la descarga de la droga. El propio Melchor Charlín reconoció que había participado en la descarga de tres partidas de hachís y en la venta de parte de la cocaína, aunque rechazó haber intervenido en la descarga del alijo de esta droga en Muxía (A Coruña).La defensa, tras la autoinculpación de Melchor Charlín, varió su estrategia y alegó que el narcotraficante es débil mental y drogodependiente del alcohol y de la cocaína y que por ello le era de aplicación la eximente incompleta de enajenación mental.

Pero el tribunal, que califica la conducta de Charlín como de "extrema gravedad", precisa que del informe pericial psiquiátrico se desprende que el coeficiente intelectual de Charlín se encuentra dentro de los límites de la normalidad, aunque se le podría catalogar como torpe mental.

El tribunal lo considera como "un individuo normal y capaz para cometer los hechos punibles que perpetró, para los que no se requiere obviamente poseer un coeficiente intelectual superior al que tiene".

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