El Mundial de fútbol obliga a "Le Monde" a cambiar el diseño

Ha hecho falta que el Mundial de fútbol se celebrase en Francia para que Le Monde confirmase un cambio ya insinuado en 1995. La fotografía y el color han sido finalmente aceptados en el austero diario que, hasta la reforma ya apuntada, no dedicaba secciones fijas a los acontecimientos deportivos. El Mundial ha podido con Le Monde, pero sólo parcialmente, ya que las ocho páginas diarias ocupadas por informaciones relativas a los magos del fútbol no se incluyen en el diario sino como suplemento, encabezado, eso sí, por un título propio que los resume todo: Le Mondial escrito en la inconfundi...

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Ha hecho falta que el Mundial de fútbol se celebrase en Francia para que Le Monde confirmase un cambio ya insinuado en 1995. La fotografía y el color han sido finalmente aceptados en el austero diario que, hasta la reforma ya apuntada, no dedicaba secciones fijas a los acontecimientos deportivos. El Mundial ha podido con Le Monde, pero sólo parcialmente, ya que las ocho páginas diarias ocupadas por informaciones relativas a los magos del fútbol no se incluyen en el diario sino como suplemento, encabezado, eso sí, por un título propio que los resume todo: Le Mondial escrito en la inconfundible caligrafía del título del vespertino.

Son los propios periodistas del diario -ocho procedentes del área Hoy-Deportes, cinco de Internacional, dos de Sociedad, uno de Empresas, tres de Comunicación y tres más de Cultura- los que se ocuparán de contar la epopeya del Mundial, la novela del equipo nacional y una panorámica de lo que ocurre en Francia, procurando que, además de las gestas deportivas, las páginas reflejen la dimensión planetaria que ha adquirido este deporte. En ese grupo, la presencia de Raymond Domenech, ex jugador y director técnico de la Federación Francesa de Fútbol, pasa casi inadvertida.

Abrirle las puertas al fútbol implica para Le Monde un cambio cultural y adaptar el diario al lector moderno. Pero no todo el mundo ve bien el cambio y Le Monde ha organizado, además, un debate sobre la cuestión en sus propias páginas.

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