"Si ganamos, cuatro años de fiesta"

¿Qué harán ustedes si ganan? "Estaremos de fiesta hasta el próximo Mundial: cuatro años", responde un aficionado escocés que acudió ayer al entrenamiento de su equipo en estadio de Saint-Denis. ¿Y si pierden? "También habrá fiesta". De esta manera encara el Mundial la selección escocesa, que tiene, sin embargo, grandes expectativas de batir esta noche a Brasil. Un optimismo desaforado que se basa en una serie de factores: el partido inaugural suele reparar sorpresas; el rival, Brasil, vive en una nube de desconfianza; y, además, el seleccionador escocés, Craig Brown, ha trabajado tres años...

¿Qué harán ustedes si ganan? "Estaremos de fiesta hasta el próximo Mundial: cuatro años", responde un aficionado escocés que acudió ayer al entrenamiento de su equipo en estadio de Saint-Denis. ¿Y si pierden? "También habrá fiesta". De esta manera encara el Mundial la selección escocesa, que tiene, sin embargo, grandes expectativas de batir esta noche a Brasil. Un optimismo desaforado que se basa en una serie de factores: el partido inaugural suele reparar sorpresas; el rival, Brasil, vive en una nube de desconfianza; y, además, el seleccionador escocés, Craig Brown, ha trabajado tres años para conseguir un grupo tan hermético que no ha recibido más de un gol por partido en cinco años.

El seleccionador brasileño, Mario Lobo Zagalo, en cambio, apareció enfurecido. Enojado con el mundo y en concreto con su colega Brown por negarse a dar la alineación. "Si Escocia no da la alineación, Brasil tampoco", dijo. Con cientos de millones de ojos posados sobre el cogote, Brasil asume la angustia de tener que demostrar que es la mejor selección del mundo. "Es la misma presión del 58, el 62 o el 94", dijo Zagalo, que concedió importancia a las bajas de Juninho, Flavio Conceiçao y Romario.