El Supremo rechaza un careo entre Barrionuevo y García Damborenea
El ex ministro del Interior José Barrionuevo calificó ayer de «pura invención» las acusaciones que le relacionan con los GAL y que le han sentado en el banquillo de los acusados por el secuestro de Segundo Marey. La declaración de Barrionuevo ocupó toda la jornada de ayer en el Tribunal Supremo. La sala denegó un careo entre el ex ministro y Ricardo García Damborenea, pedido por el abogado del segundo, y anuló como prueba una grabación entre Julián Sancristóbal y Barrionuevo porque había sido obtenida ilegalmente.
El careo entre Barrionuevo y el ex máximo dirigente de los socialistas vi...
El ex ministro del Interior José Barrionuevo calificó ayer de «pura invención» las acusaciones que le relacionan con los GAL y que le han sentado en el banquillo de los acusados por el secuestro de Segundo Marey. La declaración de Barrionuevo ocupó toda la jornada de ayer en el Tribunal Supremo. La sala denegó un careo entre el ex ministro y Ricardo García Damborenea, pedido por el abogado del segundo, y anuló como prueba una grabación entre Julián Sancristóbal y Barrionuevo porque había sido obtenida ilegalmente.
El careo entre Barrionuevo y el ex máximo dirigente de los socialistas vizcaínos fue pedido ayer por el abogado de García Damborenea, quien, tras mantener un tenso interrogatorio con Barrionuevo, propuso esta diligencia para aclarar las profundas diferencias existentes entre ambos. La sala estimó que no procedía porque se iba a debatir sobre opiniones y no sobre hechos y, por lo tanto, no aportaría ninguna luz. El tribunal acordó también dejar al margen del proceso una cinta con una conversación entre Barrionuevo y Julián Sancristóbal, grabada en la cárcel de Alcalá-Meco, porque había sido obtenida ilegalmente. Para José Barrionuevo, el fiscal pide 23 años de cárcel por los delitos de pertenencia a banda armada, detención ilegal y malversación de caudales públicos. Durante su comparecencia de ayer, Barrionuevo negó tajantemente, en diversas ocasiones, que diera orden, autorizara o consintiera alguna acción ilegal durante su mandato. Calificó las acusaciones que lo relacionan con los GAL como un «ajuste de cuentas político». Sin concretar más su acusación, se refirió a frases de José María Aznar o del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. En un golpe de efecto, tajantemente cortado por el presidente del tribunal, ofreció asumir toda la responsabilidad de los hechos que acababa de negar si así quedaban fuera del proceso los demás acusados.