"¿Yo el número uno?"

"¿Yo el número uno? Después de lo de hoy me lo creo todo, porque si hace unas semanas me dicen que iba a ganar Roland Garros tampoco me lo hubiera creído". Y sin embargo, Carles Moyà llegó a París sintiendo que podía hacer algo grande. "Había jugado muy bien en Montecarlo y tenía una muy buena intuición sobre mi juego. Mentalmente me he sentido aquí muy fuerte. Hoy estaba preparado para todo, para el viento que ha soplado y también para la lluvia, la nieve y la tormenta, si hubieran llegado".Carles Moyà no es un hombre al que le guste fantasear ni expresar sus emociones. "Para ser número u...

"¿Yo el número uno? Después de lo de hoy me lo creo todo, porque si hace unas semanas me dicen que iba a ganar Roland Garros tampoco me lo hubiera creído". Y sin embargo, Carles Moyà llegó a París sintiendo que podía hacer algo grande. "Había jugado muy bien en Montecarlo y tenía una muy buena intuición sobre mi juego. Mentalmente me he sentido aquí muy fuerte. Hoy estaba preparado para todo, para el viento que ha soplado y también para la lluvia, la nieve y la tormenta, si hubieran llegado".Carles Moyà no es un hombre al que le guste fantasear ni expresar sus emociones. "Para ser número uno tengo que mejorar en todo, en el saque, en el juego de fondo, en el revés, en la volea, en todo. Y no, no puedo expresar con palabras eso que siento en estos momentos. Sólo, que estoy en una nube y que todavía no he asumido que soy el ganador de Roland Garros".

Según Moyà, el partido no fue tan fácil. "Tuve dudas en algunos momentos, como cuando me enfrenté a Ríos". A su juicio, Àlex Corretja pagó ayer en la pista central de Roland Garros el hecho de acceder por primera vez a una final del Grand Slam. "Àlex estaba conformista o cansado porque esta era su primera gran final. A mí me pasó exactamente lo mismo en Australia y me metieron un buen palo. Se lo he dicho a él mismo hace un momento. Él está capacitado para volver a esta final y ganarla".

Àlex Corretja abrió la conferencia de prensa diciendo que él estaba de fiesta. "Estoy contento por haber llegado a la final y porque el ganador es mi amigo. Durante el partido no he querido mirarle a la cara. Quería concentrarme en la pelota, pero la verdad es que", dijo, "hoy no he encontrado en ningún momento mi sitio en la pista. No he jugado bien".

"Cuando ha terminado el partido lo que he visto es a un amigo mío tumbado en el suelo, que acababa de ganar el Roland Garros. Tener amigos", añadió, "es importante en la vida. Cuando pierdes un partido y llegas al hotel destrozado es bueno encontrarte a un compañero que te ayuda. Es una relación que nosotros valoramos mucho, por ejemplo con Berasategui, que es un amigo de verdad".