TENIS: ROLAND GARROS

¿Cuál de los tres?

Son tres y persiguen el mismo objetivo: ganar un Grand Slam. Àlex Corretja, Carles Moyà y Félix Mantilla quieren inscribir su nombre en el palmarés de un grande. Ninguno de ellos tres, ni tampoco el único semifinalista no español del torneo de Roland Garros, el francés Cédric Pioline, lo han conseguido. Sólo dos de ellos han disputado finales de uno de los cuatro grandes: Pioline lo hizo en el Open de Estados Unidos en 1993 y en Wimbledon el año pasado; Moyà la alcanzó en el Open de Australia en 1997. Todas esas finales las ganó el número uno del mundo, el estadounidense Pete Sampras. Hace...

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Son tres y persiguen el mismo objetivo: ganar un Grand Slam. Àlex Corretja, Carles Moyà y Félix Mantilla quieren inscribir su nombre en el palmarés de un grande. Ninguno de ellos tres, ni tampoco el único semifinalista no español del torneo de Roland Garros, el francés Cédric Pioline, lo han conseguido. Sólo dos de ellos han disputado finales de uno de los cuatro grandes: Pioline lo hizo en el Open de Estados Unidos en 1993 y en Wimbledon el año pasado; Moyà la alcanzó en el Open de Australia en 1997. Todas esas finales las ganó el número uno del mundo, el estadounidense Pete Sampras. Hace días que él no está en París.Los cuatro están convencidos de que ésta es la mejor oportunidad de su vida para entrar en la historia del tenis mundial. Saben que sólo ganando en París se harán un hueco. No sirve ser semifinalista, no es suficiente ni siquiera disputar la final. Hay que ganar. Eso es lo único que convierte a un jugador en un ídolo. Pero para la quinta de la ilusión -tal como definió Àlex Corretja a esta generación de jugadores españoles- el reto es doble: quieren situar a dos representantes en la final y asegurarse así su primer triunfo en un Grand Slam.

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Sin embargo, nada de eso perturba sus cadencias. Ellos son amigos y lo seguirán siendo cuando salgan de la pista. No importa que Carles Moyà y Félix Mantilla deban eliminarse en busca de un puesto en la final. Tampoco importaría que uno de ellos tuviera que enfrentarse a Àlex Corretja en la final, si éste acaba superando las adversidades -público, presión y entrega del francés que sabe que esta es su última oportunidad- y derrota a Cédric Pioline, de 28 años.

No pueden evitar hablar de la final, están ilusionados. Este Roland Garros ha confirmado, otra vez, que este grupo de amigos tiene personalidad y mucha calidad tenística. Y entre ambos hay un gran respeto. "Mantilla es muy sólido", afirma Moyà. "Vi su partido contra Muster y el austriaco no podía hacer nada. Tendré que jugar muy bien para poder ganarle". Mantilla parece algo más sentimental: "No me gusta enfrentarme a un amigo, es un palo. Nos conocemos demasiado".

Y Corretja agrega: "Prefiero jugar contra Pioline que con un español. Me gusta porque en la pista habrá vibración, la gente estará más implicada en el partido. Además, no creo que sea peor que en Brasil durante la Copa Davis".

Tener tres españoles en las semifinales marca un hito histórico. Nunca antes había ocurrido.

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