La mayor parte de los huertos de palmeras de Elche serán públicos

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Elche (PGOU), que ayer firmó el consejero de Urbanismo, José Ramón García Antón, permitirá al Ayuntamiento municipalizar la mayor parte de los huertos de palmeras ahora en manos privadas a través de compras o su cesión en los procesos de urbanización. El alcalde, el socialista Diego Macià, destacó ayer que las operaciones de cesiones de suelo que se producirán durante los próximos 15 años para desarrollar la zona urbanizable de Elche favorecerán la ampliación del patrimonio verde de la ciudad, limitado hoy a 900.000 metros cuadrados de huertos de...

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El nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Elche (PGOU), que ayer firmó el consejero de Urbanismo, José Ramón García Antón, permitirá al Ayuntamiento municipalizar la mayor parte de los huertos de palmeras ahora en manos privadas a través de compras o su cesión en los procesos de urbanización. El alcalde, el socialista Diego Macià, destacó ayer que las operaciones de cesiones de suelo que se producirán durante los próximos 15 años para desarrollar la zona urbanizable de Elche favorecerán la ampliación del patrimonio verde de la ciudad, limitado hoy a 900.000 metros cuadrados de huertos de palmeras. El objetivo es que otros 600.000 metros cuadrados del palmeral más importante de Europa sean de titularidad pública. Otro medio millón de metros cuadrados permanecerán en manos privadas por acoger negocios rentables y respetuosos con el arbolado. Otro aspecto destacable del nuevo planeamiento urbanístico de Elche es el desarrollo previsto para sus 10 kilómetros de costa prácticamente virgen. La playa de Elche se desarrollará, "de forma racional y con respeto a su riqueza natural", integrada por formaciones dunares y pinadas mediterráneas, señaló el alcalde. En los últimos dos años, promotores y constructores de Elche elevaron su voz ante la carencia de suelo para construir en la ciudad, circunstancia que incrementó el valor de las parcelas disponibles, y con ello el precio de la vivienda. El PGOU de 1986 había quedado caduco, aunque la actividad urbanística no disminuyó, según la versión de Macià. El retraso en la aprobación del documento se debió a que la zona inicialmente prevista para acoger el crecimiento urbano (dos millones de metros cuadrados) vio modificada su calificación para poder acoger a la Universidad Miguel Hernández.

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