PRIMARIAS SOCIALISTAS

"¡A la plaza de toros!"

José Borrell se encontró ayer en Alicante, a su llegada a la conferencia que iba a pronunciar en un local de la Caja de Ahorros Mediterránea, con que había más gente esperándole en la calle que dentro del ya abarrotado salón de actos, al que, por motivos de seguridad, no se dejaba entrar a nadie más.El ex ministro, que llegó a pie, fue recibido con aplausos por unas 250 personas que pedían entrar para escucharle. Alguien acercó una silla hasta la acera. Borrell se subió y, a voz en grito, se dirigió a ellos para decirles que le gustaría dar su conferencia en la calle. Aplausos. "Yo venía a int...

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José Borrell se encontró ayer en Alicante, a su llegada a la conferencia que iba a pronunciar en un local de la Caja de Ahorros Mediterránea, con que había más gente esperándole en la calle que dentro del ya abarrotado salón de actos, al que, por motivos de seguridad, no se dejaba entrar a nadie más.El ex ministro, que llegó a pie, fue recibido con aplausos por unas 250 personas que pedían entrar para escucharle. Alguien acercó una silla hasta la acera. Borrell se subió y, a voz en grito, se dirigió a ellos para decirles que le gustaría dar su conferencia en la calle. Aplausos. "Yo venía a intentar explicar los retos del socialismo del futuro...¡ Maldita sea, estoy cabreado porque ! ", exclamó.

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Se le veía indignado, pero a la vez prefirió contener el enfado por las deficiencias de organización y optó por dirigir unas palabras. "¡A la Plaza de toros!", gritó alguien. "Si hace falta, y ojalá, en otra ocasión iremos a la plaza de toros", se le oyó decir al ex ministro de Obras Públicas en voz baja.

El rival de Almunia en las primarias socialistas llamó al subdelegado del Gobierno para preguntarle si podía permitir la entrada en el local de las personas que estaban en la calle. Tras hablar con un jefe de seguridad, Borrell comunicó a los responsables del local que asumía personalmente la responsabilidad de que entrara en el salón el público que se había quedado sin sitio.

Luego pasó al salón donde le aguardaban unas 200 personas, retrasó el comienzo del acto y, finalmente, logró que quienes esperaban fuera entrasen a oírle. Borrell cerró su visita a Alicante con una cena en un local cercano a Benidorm a la que acudieron 800 personas.

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