Tribuna:

Negocio fluido

La Bolsa española, una vez superados sus primeros objetivos, necesita del empuje de otros mercados para mantener la orientación alcista. En la sesión de apertura de la semana dejó entrever la facilidad con que se retiran beneficios, sólo comparable a la que muestra el dinero en su inmediata vuelta al mercado.Tuvo que ser la apertura de Wall Street la que marcara la tendencia de los últimos minutos, aunque no fue igual para todo el mercado. Los grandes valores, mayoritariamente representados en el índice Ibex 35, terminaron con un mayor número de bajas, mientras los valores medianos conseguían ...

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La Bolsa española, una vez superados sus primeros objetivos, necesita del empuje de otros mercados para mantener la orientación alcista. En la sesión de apertura de la semana dejó entrever la facilidad con que se retiran beneficios, sólo comparable a la que muestra el dinero en su inmediata vuelta al mercado.Tuvo que ser la apertura de Wall Street la que marcara la tendencia de los últimos minutos, aunque no fue igual para todo el mercado. Los grandes valores, mayoritariamente representados en el índice Ibex 35, terminaron con un mayor número de bajas, mientras los valores medianos conseguían nivelar esos descensos. Al final, el índice general de Madrid subió 19 centésimas y obtuvo un nuevo máximo, mientras que el Ibex 35 bajó 5,53 puntos.

Los inversores deberán acostumbrarse a partir de ahora a ver diferencias entre los índices, puesto que la Sociedad de Bolsas pone en marcha desde hoy tres nuevos indicadores para el conjunto del mercado: el Ibex Financiero, que representa un número indeterminado de valores de banca y seguros; el Ibex Utilities, que agrupa a valores del sector de servicios relacionados con precios sujetos a tarifas, y el Ibex Industria y Varios, que engloba todo lo que no cabe en los dos anteriores. La vocación de estos tres indicadores es la de servir de soporte a nuevos contratos en el mercado de futuros, aunque primero habrá que estudiar su comportamiento y seguimiento por parte de los inversores.

La contratación volvió a ser alta, como corresponde al constante ir y venir del papel y del dinero en un ambiente de altibajos. El cambio en la situación internacional afectó con fuerza al dólar, pero también se dejaba sentir su influencia en Wall Street y, por tanto, en los mercados europeos, aunque sólo Londres terminó cerrando con pérdidas. La deuda también se vio envuelta en estas turbulencias y la rentabilidad del bono a 10 años quedó en el 5,15%, después de haber tocado el 5,12% a lo largo de la mañana.

La Bolsa de Nueva York cedió al cierre 3,74 puntos (0,04%), aunque logró mantener el nivel de los 8.400. El índice Dow Jones quedó en 8.410,20 puntos.

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