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Las cotizaciones han llegado a una altura en la que los inversores dudan mucho antes de tomar posiciones, a la vez que sienten grandes deseos de realizar beneficios. Si el martes el mercado dejó entrever que no había subido con bastante fuerza, ayer lo demostró en la apertura, en la que el papel rebasaba ampliamente los límites del dinero.La tranquilidad de los mercados europeos, sin embargo, permitió la recuperación pero sólo hasta que Wall Street abrió con un recorte de 36 puntos, achacable a los mismos razonamientos. Los inversores dieron marcha atrás y desmontaron aquello que habían conseg...

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Las cotizaciones han llegado a una altura en la que los inversores dudan mucho antes de tomar posiciones, a la vez que sienten grandes deseos de realizar beneficios. Si el martes el mercado dejó entrever que no había subido con bastante fuerza, ayer lo demostró en la apertura, en la que el papel rebasaba ampliamente los límites del dinero.La tranquilidad de los mercados europeos, sin embargo, permitió la recuperación pero sólo hasta que Wall Street abrió con un recorte de 36 puntos, achacable a los mismos razonamientos. Los inversores dieron marcha atrás y desmontaron aquello que habían conseguido por la mañana, pero otra vez Wall Street les arrastró en otro movimiento descontrolado, ahora al alza. El índice Dow Jones cerró la sesión con un avance de 52,56 puntos (0,63%), en 8.451,06, quinto máximo consecutivo.

La volatilidad vuelve a imponerse en los mercados como consecuencia de la incertidumbre que aporta la altura y, aunque parece evidente que los tipos de interés van a seguir bajando -el Tesoro puso ayer como referencia el 4% para plazos entre un año y ano y medio-, cuesta trabajo acostumbrarse a comprar a determinados niveles. La Bolsa de Madrid sufrió ayer dos recortes y tres recuperaciones, como consecuencia del miedo a este nivel de precios y de la seguridad de que va a ser superado y, de hecho, se logró otro máximo histórico.

La contratación fue de casi 150.000 millones de pesetas en el mercado continuo y otra vez con Argentaria como protagonista. Más de tres millones de acciones obtuvieron un premio adicional desde el nivel de la colocación, gracias a que la absorción de papel es ejemplar, en lo que se considera como una medida disuasoria para frenar la corriente vendedora. En dos días se han negociado más de 100.000 millones de pesetas en este valor, y sin tener en cuenta la subida de su cotización.

El mercado de deuda también mostró su predisposición a la retirada de beneficios, haciendo caer los precios y elevando la rentabilidad de la emisión a 10 años hasta el 5,15%. El diferencial con la alemana se mantuvo en 0,22 puntos.

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