El 'violador de Las Rozas', acusado de siete ataques a menores

El violador de Las Rozas era un menor. Atacaba de noche, elegía a sus víctimas entre los niños que jugaban en la calle y se acercaba a ellos con el pretexto de entablar una conversación. Así lo revela el fiscal en el relato que describe los siete ataques que supuestamente cometió en las zonas residenciales de Las Rozas y Pozuelo de Alarcón entre noviembre de 1994 y enero de 1995. Una sórdida lista (dos violaciones, tres agresiones sexuales, una coacción y una amenaza) por la que el ministerio público solicita 36 años de cárcel para el acusado.

En su reconstrucción, el fiscal ...

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El violador de Las Rozas era un menor. Atacaba de noche, elegía a sus víctimas entre los niños que jugaban en la calle y se acercaba a ellos con el pretexto de entablar una conversación. Así lo revela el fiscal en el relato que describe los siete ataques que supuestamente cometió en las zonas residenciales de Las Rozas y Pozuelo de Alarcón entre noviembre de 1994 y enero de 1995. Una sórdida lista (dos violaciones, tres agresiones sexuales, una coacción y una amenaza) por la que el ministerio público solicita 36 años de cárcel para el acusado.

En su reconstrucción, el fiscal establece que el primer ataque fue perpetrado el 15 de noviembre de 1994. El supuesto agresor, a la sazón de 17 años, paseaba por la calle de Cervantes, en Las Rozas, cuando se encontró con un chico de 12 años. Para ganar su confianza empezó a hablar con él. Luego le cogió del cuello y le arrastró hasta un rincón oscuro, donde le violó.

Dos semanas después, el violador volvió a atacar. Y repitió escenario: la calle de Cervantes. Allí entabló conversación con un niño de 12 años, con el que se dirigió a un descampado próximo al centro comercial Burgocentro. El crío, al ver que no había nadie cerca, se asustó e intentó huir. El agresor se lo impidió y consumó la violación.

El tercer ataque llegó en diciembre. Nuevamente, el violador buscó a su víctima de noche (eran las ocho de la tarde) y entre los críos que jugaban en la calle. Esta vez, la desgracia apuntó a un crío de 13 años que se deslizaba por la calle de Romeral en monopatín. El agresor le exigió el juguete bajo la amenaza de atacarle sexualmente. El niño, aterrorizado, corrió hacia su casa. Pero el violador le dio alcance. Pero en el último momento la víctima consiguió llamar por el interfono y alertar a su madre. El acusado huyó.

Dos víctimas

Ese mismo mes, sobre la una de tarde, el agresor volvió a rondar por Las Rozas. Esta vez buscó dos víctimas, dos chicos de 13 años. El violador se acercó a ellos y les preguntó si conocían algún parque cercano "que estuviera verde". Los chavales, asustados, intentaron escapar. El acusado, siempre según el fiscal, les cogió del cuello y se los llevó a un descampado, donde pese a su resistencia abusó de ellos.El siguiente ataque tuvo como escenario Pozuelo. En esta ocasión, el agresor utilizó una navaja para agredir sexualmente al menor (con el que momentos antes había entablado conversación). "Si cuentas algo, pagarás las consecuencias", le dijo.

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El 12 de enero de 1995, el violador regresó a Las Rozas y con el mismo método que en anteriores ocasiones volvió a agredir a un crío.

Por último, a finales de enero de 1995, intentó un nuevo ataque en Las Rozas. Esta vez, sin embargo, la víctima, después de acompañarle hasta el Burgocentro, se percató de sus intenciones y consiguió escapar.

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