Vecinos de Fuencarral se niega a vivir con una gasolinera bajo su casa

Unos 200 vecinos de la calle de Fermín Caballero, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, entorpecieron durante todo el día de ayer el inicio de las obras para la construcción de una gasolinera en la confluencia con la calle de Sangenjo, a unos 25 metros de ocho bloques en los que viven unas 1.500 personas. Los afectados dicen que tienen "miedo". La estación cuenta con los parabienes de la Gerencia de Urbanismo.

Desde primera hora de la mañana, los vecinos se arremolinaron en tomo al solar, tiraron las vallas que lo rodeaban y corearon consignas contra la estación de servicio. En sus...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Unos 200 vecinos de la calle de Fermín Caballero, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, entorpecieron durante todo el día de ayer el inicio de las obras para la construcción de una gasolinera en la confluencia con la calle de Sangenjo, a unos 25 metros de ocho bloques en los que viven unas 1.500 personas. Los afectados dicen que tienen "miedo". La estación cuenta con los parabienes de la Gerencia de Urbanismo.

Desde primera hora de la mañana, los vecinos se arremolinaron en tomo al solar, tiraron las vallas que lo rodeaban y corearon consignas contra la estación de servicio. En sus pancartas y en las terrazas se leían frases como "Queremos dormir tranquilos", "Manzano, torpedo" o "Gasolinera y alta tensión, malos vecinos son", en alusión a las torretas de alto voltaje que cruzan la calle de Sangenjo desde hace 23 años. Los efectivos de cuatro furgones policiales velaron por que los ánimos no se exaltaran."Cualquier producto inflamable es un peligro", enfatizó Joaquín Landaburu, portavoz de la barriada afectada, "y si hubiera una desgracia, la sufriríamos, irremediablemente, en nuestras propias carnes". La futura estación de suministro, promovida por Cepsa, contará con dos surtidores de dos mangueras cada uno. La licencia autoriza, además, un "edificio auxiliar de una sola planta destinado a tienda, aseos y cuarto de instalaciones".

La Gerencia de Urbanismo aprobó el proyecto el 31 de octubre. La edil del distrito, Beatriz Elorriaga, admitió que "comprende la preocupación de los vecinos", con los que se entrevistó por la tarde, pero precisó: "Creo que deben fiarse de la opinión de los técnicos, que son señores absolutamente esecializados y que han estudiado la licencia con todo rigor". El Canal de Isabel II, cuyas arterias de distribución pasan a diez metros de la futura unidad de suministro, también dio el visto bueno. Los afectados no entienden el porqué de una nueva gasolinera "cuando ya hay cinco en las inmediaciones", y advirtieron que continuarán con sus protestas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En