FÚTBOL 18ª JORNADA DE LIGA

El Tenerife sigue en el bache

La Real no aprovechó el estado anímico de los tinerfeños

El Tenerife sigue sin superar la grave crisis por la que atraviesa esta temporada y deja su posible recuperación para el próximo año. El inicio de 1998 será clave para el futuro del equipo canario que ayer tampoco pudo ganar a la Real Sociedad y se mantiene en el penúltimo puesto. Después de las fiestas navideñas al conjunto de Artur Jorge le espera un calendario complicado, puesto que se enfrentará a rivales directos en la lucha por la permanencia como son Valencia, Deportivo, Sporting y Compostela.El partido de ayer fue un calco de otros anteriores. Muchos nervios, poca claridad de ideas y d...

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El Tenerife sigue sin superar la grave crisis por la que atraviesa esta temporada y deja su posible recuperación para el próximo año. El inicio de 1998 será clave para el futuro del equipo canario que ayer tampoco pudo ganar a la Real Sociedad y se mantiene en el penúltimo puesto. Después de las fiestas navideñas al conjunto de Artur Jorge le espera un calendario complicado, puesto que se enfrentará a rivales directos en la lucha por la permanencia como son Valencia, Deportivo, Sporting y Compostela.El partido de ayer fue un calco de otros anteriores. Muchos nervios, poca claridad de ideas y desesperación a la hora de atacar. En esta ocasión fue la Real Sociedad la que truncó las esperanzas tinerfeñas y con un primer tiempo con opciones de gol y una segunda mitad con muchas más reservas defensivas se hizo con un punto que le hace mantenerse en la parte alta de la tabla.

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El equipo donostiarra parecía dispuesto desde el principio a aprovecharse de la debilidad anímica y de juego de su rival. Los cinco defensas que colocó Jorge para evitar problemas en la retaguardia no pudieron, sin embargo, neutralizar muchas de las acometidas de los jugadores de ataque del conjunto de Krauss. En la primera media hora de juego, los donostiarras dispusieron de opciones claras de gol, pero la falta de puntería y los reflejos de Ojeda impidieron que la Real se adelantara en el marcador. El Tenerife jugaba a impulsos y las pocas llegadas al área rival tampoco fueron aprovechadas por los hombres de ataque.

En la reanudación, el Tenerife tomó conciencia de la importancia de los puntos y con Robaina en el campo mejoró en las jugadas de ataque. El jugador gran canario se responsabilizó de todos los balones y llevaba constante peligro con sus centros, pero los remates de los compañeros, en especial los de Llorente, no encontraron las mallas de la portería rival, entre otras cosas, porque Alberto estuvo acertado.

La Real perdía con facilidad el balón y sólo trataba de sorprender con contraataques. Aunque los últimos minutos fueron intensos por lo incierto del marcador, la impresión general era de que el marcador no se movería, como así ocurrió al final.

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