Cartas al director

Crítica a una sentencia, no a la Judicatura

Leo con cierta resignación la crítica que nos dirige el portavoz del CGPJ a Anguita, Guerra y a mí mismo por nuestras críticas a la Judicatura. El día 17 mismo respondí a tal crítica y sólo muy parcialmente han sido recogidas mis palabras en algún periódico. Por supuesto, tampoco conseguí previamente que aparecieran reflejadas varias aclaraciones que ya había formulado matizando mis críticas a la sentencia de la Mesa Nacional de HB, en el sentido de que nunca pretendí comparar las circunstancias políticas y las garantías procesales duran te la dictadura y en la época presente. Pues bien, aunq...

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Leo con cierta resignación la crítica que nos dirige el portavoz del CGPJ a Anguita, Guerra y a mí mismo por nuestras críticas a la Judicatura. El día 17 mismo respondí a tal crítica y sólo muy parcialmente han sido recogidas mis palabras en algún periódico. Por supuesto, tampoco conseguí previamente que aparecieran reflejadas varias aclaraciones que ya había formulado matizando mis críticas a la sentencia de la Mesa Nacional de HB, en el sentido de que nunca pretendí comparar las circunstancias políticas y las garantías procesales duran te la dictadura y en la época presente. Pues bien, aunque sea repetirme, quiero aclarar una vez más que no critiqué a la Judicatura como tal, sino una sentencia. Que argumenté (ya que se me piden pruebas), refiriéndome a la tipificación del delito y su forzada interpretación, a su no calificación en grado de tentativa, y a la inadecuada imputación personificada del mismo, empleando una lógica que, desde luego, no se ha empleado en otros casos notabilísimos de las recientes actuaciones judiciales.

Contrasta la diligencia en reprochar estas críticas fundamentadas (seguramente no conocidas), con el silencio reverencial que, ante otros ataques a los jueces como tales ("descerebrados", etcétera), el CGPJ ha mantenido sorprendentemente.

Por lo que se ve, algunos tenemos que soportar todo tipo de críticas ya que no nos consideramos vacas sagradas. Los valedores de estamentos intocables, en cambio, parecen no molestarse en distinguir siquiera entre ataques ad hominem o a las instituciones y críticas legítimas, aunque discutibles, a las sentencias.- Presidente de Eusko Alkartasuna.

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