Fracaso comunista en las elecciones a la Duma de Moscú
Si los comunistas contemplaban las elecciones a la Duma (Parlamento) de Moscú, celebradas el domingo, como un banco de pruebas sobre sus posibilidades de ganar terreno en un feudo liberal, no les pudo ir peor. Según la agencia Interfax, ni uno sólo de sus candidatos de la lista apoyada por el partido, Mi Moscú, logró convertirse en diputado. La misma suerte corrieron las huestes del Nikolái Gonchar, que hizo de la oposición al actual alcalde, Yuri Luzhkov, el eje de su campaña.Luzhkov, que ha convertido a la capital en un engañoso escaparate de la nueva Rusia, y que basa sus posibilidades de l...
Si los comunistas contemplaban las elecciones a la Duma (Parlamento) de Moscú, celebradas el domingo, como un banco de pruebas sobre sus posibilidades de ganar terreno en un feudo liberal, no les pudo ir peor. Según la agencia Interfax, ni uno sólo de sus candidatos de la lista apoyada por el partido, Mi Moscú, logró convertirse en diputado. La misma suerte corrieron las huestes del Nikolái Gonchar, que hizo de la oposición al actual alcalde, Yuri Luzhkov, el eje de su campaña.Luzhkov, que ha convertido a la capital en un engañoso escaparate de la nueva Rusia, y que basa sus posibilidades de llegar al Kremlin en su acreditada fama de buen gestor, ha superado el peligro de que se constituyera una Duma que segara la hierba bajo sus pies. La mayoría de los 35 diputados locales elegidos son independientes o miembros de la coalición que engloba a tres grupos liberales reformistas. Casi todos le son adictos.
En realidad, los ganadores de la consulta fueron dos aliados ocasionales: la abstención y el frío. Sólo un 30% de los votantes censados acudió a votar, debido en parte a que, por sorpresa, el termómetro cayó a la temperatura más baja en esa fecha en más de un siglo.
El presidente Borís Yeltsin, que votó en el sanatorio de Barvija, en el que está internado desde el día 10, sigue recuperándose de lo que oficialmente se denomina una "aguda infección viral respiratoria". Su portavoz, Serguéi Yastrzhembski, aseguró ayer que el principal objetivo de su jefe es ahora "ponerse bueno". Hasta que no lo haga, y se compruebe, no desaparecerá el riesgo de inestabilidad que ha castigado a los mercados financieros.