La patera que naufragó en Tarifa hizo 15 horas de travesía

La patera que naufragó la semana pasada en Tarifa (Cádiz), causando la muerte al menos a siete inmigrantes ilegales, había recorrido antes unos 150 kilómetros durante más de 15 horas de larga y peligrosa travesía que se inició en Larache (Marruecos). La declaración prestada ante la Guardia Civil por dos de los supervivientes de la catástrofe ha permitido saber que cada uno de éstos abonó por su pasaje 6.000 dirhans (unas 80.000 pesetas) y otros detalles de la operación.

El pasado día 21, los 23 ocupantes de una de las muchas pateras que cruzan clandestinamente el Estrecho de ...

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La patera que naufragó la semana pasada en Tarifa (Cádiz), causando la muerte al menos a siete inmigrantes ilegales, había recorrido antes unos 150 kilómetros durante más de 15 horas de larga y peligrosa travesía que se inició en Larache (Marruecos). La declaración prestada ante la Guardia Civil por dos de los supervivientes de la catástrofe ha permitido saber que cada uno de éstos abonó por su pasaje 6.000 dirhans (unas 80.000 pesetas) y otros detalles de la operación.

El pasado día 21, los 23 ocupantes de una de las muchas pateras que cruzan clandestinamente el Estrecho de Gibraltar se vieron sorprendidos por un fuerte golpe de mar que provocó el hundimiento de la embarcación. El balance: siete muertos, 10 desaparecidos y sólo seis supervivientes.

Dos de los que se salvaron, A. A. y su amigo R. S., vecinos de un pueblo cercano a Larache, han recordado que ese día contactaron en una cafetería del puerto de Larache, junto a una fábrica de harina, con un hombre alto, con bigote, pelo corto y entradas pronunciadas.

Una vez cerrado el acuerdo, los dos marroquíes, ahora detenidos, recibieron una consigna antes de emprender viaje: "Debéis dejar aquí toda la documentación si no queréis tener problemas". Amparados en la oscuridad de la noche, ellos y 20 personas más fueron conducidos a una chabola de la desembocadura del río Lucus.

A Sevilla

Horas después, los inmigrantes subieron a una patera. "Tenía un motor de unos 20 CV de potencia, y no tenía carcasa", apuntó uno de ellos antes de contar cómo los 23 componentes de la expedición clandestina recibieron los últimos consejos sobre cómo colarse en España. "Debeis ir a Sevilla, donde podréis realizar trabajos agrícolas", les aconsejaron los organizadores del viaje."En un principio, yo iba sentado sobre unos bidones", reconoció R. S. Todo marchaba según lo previsto, hasta que minutos después de zarpar, descubrieron una patrullera de la Marina marroquí. Para evitar sospechas, el piloto de la patera decidió adentrarse en el puerto de Larache y dar vuelta. Después, la expedición puso rumbo a Tánger (Marruecos), mientras el temporal arreciaba por momentos, lo que provocó, mareos y vómitos entre los pasajeros.

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Cuando la embarcación navegaba a unos 200 metros de distancia de la costa española, en el término de Tarifa (Cádiz), una gran ola hizo volcar la patera sobre su costado de babor. "Oí como el paterista gritaba tras golpearse con la barca en la cabeza" declaró R. S., que junto con cinco compatriotas más logró llegar a tierra y dejar atrás un griterío aterrador.

Tras adentrarse en os montes de la zona, R. S y A. A. fueron detenidos el día 22 en Tahivilla, a ocho kilómetros de donde perecieron sus compañeros de viaje.

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