GENTE

CONDENADO A LEER

El escritor Juan Carlos Onetti quizá no se lo crea, pero un paisano suyo, juez de Rosario, a 150 kilómetros al oeste de Montevideo, condenó a un ladrón de 18 años a acudir a la biblioteca municipal, elegir un libro, leerlo en la sala, efectuar un resumen en 120 días y presentarlo en el juzgado, según publicaba la revista Noticias, del departamento de Colonia, basada en fuentes policiales. La medida se completa con la obligación de realizar tareas comunitarias dos días a la semana por espacio de tres horas durante 90 días. Al joven se le imputó un delito de "hurto agravado en reit...

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El escritor Juan Carlos Onetti quizá no se lo crea, pero un paisano suyo, juez de Rosario, a 150 kilómetros al oeste de Montevideo, condenó a un ladrón de 18 años a acudir a la biblioteca municipal, elegir un libro, leerlo en la sala, efectuar un resumen en 120 días y presentarlo en el juzgado, según publicaba la revista Noticias, del departamento de Colonia, basada en fuentes policiales. La medida se completa con la obligación de realizar tareas comunitarias dos días a la semana por espacio de tres horas durante 90 días. Al joven se le imputó un delito de "hurto agravado en reiteración real". Un vecino del lugar denunció ante la policía que del patio de su domicilio le fueron robadas prendas de vestir y dos pares de calzado deportivo. Tras su detención, el ahora condenado admitió la autoría del hecho y devolvió parte de lo sustraído. No obstante, el magistrado entendió que debía aplicarle una sanción que, además de cooperar con la sociedad, le permitiera al adolescente infractor contribuir con su formación educativa. La justicia uruguaya está habilitada por la ley a imponer en algunos casos penas sustitutivas a la prisión, al considerarse que la cárcel no ha resultado reeducadora, sobre todo en delincuentes sin antecedentes.

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