Ruiz-Gallardón y Zaplana renuncian a financiar el AVE Madrid-Valencia y se limitan a firmar un protocolo

El decidido apoyo que los presidentes de la Comunidad de Madrid y de la Generalitat Valenciana, Alberto Ruiz-Gallardón y Eduardo Zaplana, respectivamente, ambos del PP, iban a dar al AVE Madrid-Valenciano será del 50% de su financiación. Tras descartarse la firma de un acuerdo tripartito que incluiría a la Junta de Castilla-La Mancha, Zaplana y Ruiz-Gallardón decidieron sellar su predisposición a que el tren de alta velocidad sea una realidad con un protocolo de intenciones. Estudiarán fórmulas de financiación en las que tendrá cabida el capital privado y apuestan por aportar algo de dinero, p...

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El decidido apoyo que los presidentes de la Comunidad de Madrid y de la Generalitat Valenciana, Alberto Ruiz-Gallardón y Eduardo Zaplana, respectivamente, ambos del PP, iban a dar al AVE Madrid-Valenciano será del 50% de su financiación. Tras descartarse la firma de un acuerdo tripartito que incluiría a la Junta de Castilla-La Mancha, Zaplana y Ruiz-Gallardón decidieron sellar su predisposición a que el tren de alta velocidad sea una realidad con un protocolo de intenciones. Estudiarán fórmulas de financiación en las que tendrá cabida el capital privado y apuestan por aportar algo de dinero, pero con "carácter retornable". Zaplana habló sólo de hacer, en todo caso, una "aportación racional y sensata".Los presidentes reconocieron ayer que las economías valenciana y madrileña no están como para hacer grandes dispendios presupuestarios en una infraestructura que, se calcula, costará 400.000 millones de pesetas. Sin embargo, en los últimos meses se había especulado con un órdago a la Administración central que incluía sendas aportaciones de entre 75.000 y 100.000 millones de pesetas para su ejecución. Una apuesta desbaratada por el socialista José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, que argumentó que la obra debería financiarla íntegramente el Estado y se bajó del proyecto. Ayer mismo, Bono insistió en Madrid en que no estaba dispuesto a poner ni una sola peseta".

Ahora, el convenio firmado en el Palau de la Generalitat de Valencia no incluye ni plazos de ejecución ni porcentajes de participación. Según resaltaron Ruiz-Gallardón y Zaplana, se trata de un protocolo de intenciones en el que no se descarta "adelantar o financiar una parte reducida de esa infraestructura". Este acuerdo, explicó Gallardón, "es un elemento adicional de garantía para la Administración general del Estado". Es decir, un mensaje al Gobierno de José María Aznar de que hay dos comunidades autónomas "dispuestas a apoyar y convocar a la iniciativa privada al proyecto".

La firma del protocolo de intenciones corrobora las declaraciones (luego matizadas) de hace un mes del consejero madrileño de Obras Públicas y Transportes, Luis Eduardo Cortés, en las que dijo que analizar ahora el AVE "era hablar por hablar", pues se encontraba en una "fase de mero intercambio de opiniones". De hecho, se está a la espera de que se termine un estudio (licitado este verano) sobre la viabilidad del proyecto. Incluso se reconoció que aún no se había decidido si el trazado cruzará Castilla-La Mancha por Albacete o por Cuenca.

En este sentido, Zaplana y Gallardón reconocieron que en el futuro trazado tendrá mucho que decir el presidente castellano-manchego, José Bono, por cuya región discurre la mayor parte del trayecto. Bono, el gran ausente de un protocolo que tendría que ser tripartito, ratificó ayer en, Madrid su tesis. A la salida de una audiencia con el Rey, Bono dijo que no pondrá "ni una peseta", pues el AVE ha de pagarlo el Estado.

Por último, el protocolo deja claro que el tren de alta velocidad, esencial para la "vertebración ferroviaria del conjunto del Estado", no puede "suplir ni sustituir al Tren de Velocidad Alta" proyectado para la actual vía férrea por Albacete.

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