Cartas al director

Xenofobia y fútbol

Cada vez que los equipos españoles se ven obligados a desprenderse de sus jugadores importados para atender a compromisos internacionales de sus respectivas selecciones, los medios de comunicación (los escritos menos) se enfrascan en profundas discusiones para demostrar los pros y contras de la presencia de dichos jugadores en el fútbol nacional.No hay emisora de radio o televisión que se precie que no haya hecho su particular estudio del caso. Ahora la mayoría se descuelga con que al marcharse sus compañeros los nacionales que quedan meten goles. Como si al quedarse solos se les fuera a olvid...

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Cada vez que los equipos españoles se ven obligados a desprenderse de sus jugadores importados para atender a compromisos internacionales de sus respectivas selecciones, los medios de comunicación (los escritos menos) se enfrascan en profundas discusiones para demostrar los pros y contras de la presencia de dichos jugadores en el fútbol nacional.No hay emisora de radio o televisión que se precie que no haya hecho su particular estudio del caso. Ahora la mayoría se descuelga con que al marcharse sus compañeros los nacionales que quedan meten goles. Como si al quedarse solos se les fuera a olvidar dónde están las porterías. En el Athletic de Bilbao los goles los marcan jugadores vascos o hijos de padres vascos. Si en vez de vascos se nutriera solamente de vizcainos serían éstos los que los meterían, y si de Bilbao serían los bilbaínos.

Luego esos medios se quejan de la actitud xenófoba que existe en el país, pero ello no es sino consecuencia dejo que la gente lee y oye. Porque, cómo se puede llamar extranjeros a hombres que en muchos casos llevan en España al menos diez años, que están casados con españolas y tienen hijos también españoles?

Cuando los españoles salgamos de nuestra secular endogamia y nuestros hijos y nietos se vayan mezclando con los de otros países, entonces nos daremos cuenta de que un señor que nos viene de Viena, por ejemplo, no es un extranjero, sino un hombre que se muda de lugar de residencia como lo podría hacer uno de Cuenca o de Ponferrada, también por ejemplo.

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Yo recomendaría a dichos estudios que dejen de hablar de jugadores nacionales y extranjeros, pero que si no lo pueden evitar y quieren distinguir a unos de otros, hagan lo que hacen en mi pueblo: a los que no son de allí les llaman forasteros. Quizá sea lo mismo, pero suena mejor-

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