Blair pide a los sindicatos británicos que se modernicen

La conferencia anual de la Asociación de Sindicatos Británicos (TUC) se abrió ayer en la localidad costera de Brighton con una intervención histórica y reveladora. Hacía 19 años que un primer ministro no se dirigía a sus miembros y Tony Blair, actual líder laborista, aprovechó la oportunidad. En una alocución esperada con ansiedad, abogó por la modernización del movimiento sindical en un Reino Unido "donde deben colaborar las empresas y los trabajadores en un marco flexible". La jornada inaugural estuvo también cargada de simbolismo. George Carey, arzobispo de Canterbury, sentó un precedente a...

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La conferencia anual de la Asociación de Sindicatos Británicos (TUC) se abrió ayer en la localidad costera de Brighton con una intervención histórica y reveladora. Hacía 19 años que un primer ministro no se dirigía a sus miembros y Tony Blair, actual líder laborista, aprovechó la oportunidad. En una alocución esperada con ansiedad, abogó por la modernización del movimiento sindical en un Reino Unido "donde deben colaborar las empresas y los trabajadores en un marco flexible". La jornada inaugural estuvo también cargada de simbolismo. George Carey, arzobispo de Canterbury, sentó un precedente al apoyar el derecho de afiliación a un sindicato.El discurso de Tony Blair tuvo otro eco, no menos polémico. Arropado por su flamante mayoría absoluta parlamentaria, el primer ministro laborista se permite distanciarse algo de los sindicatos. Puede, como así hizo ayer, decirles que hay "mayores batallas que librar que pedir siempre un aumento de los derechos laborales". Se siente además seguro Blair al hablar del Acta Social Europea y pedir enseguida la cooperación de trabajadores y patrones, "para adaptarse todos a los costes derivados de la aplicación de la normativa de la Unión Europea". Pero el impulso del nuevo laborismo con que ganó las elecciones le permitió mezclar propuestas de empleo con un mercado flexible. Es decir, "unir los derechos del empleado a la empresa y su futuro para que el Reino Unido entre con aplomo en el siglo XXI".

Cambios de estilo

En clara referencia a los cambios de estilo que supuestamente originará la trágica muerte de la princesa de Gales, Blair habló con énfasis de modernizar las relaciones entre el laborismo y los sindicatos. Y entre éstos y las propias empresas. La militancia sindical ya no le basta a un primer ministro en busca de colaboración entre las fuerzas del mercado. "Los valores del laborismo y de los sindicatos son similares: justicia, equidad, comunidad. Ahora la TUC debe seguir al partido y a la sociedad y evolucionar", dijo.

La propia TUC admite la necesidad de reducir los costes empresariales impuestos por la nueva normativa social europea. En el Reino Unido, los mismos se notarán durante los próximos cuatro años. John Monks, su secretario general, señaló que sus miembros "pueden mediar entre el Gobierno y los empresarios", a la hora de introducirla. "El respeto mutuo entre nuestros diferentes papeles requiere una relación adulta con el Gobierno", concluyó Monks ayer antes de la intervención de Blair. Está por ver ahora si los sindicatos considerarán demasiado conservadora la mencionada "flexibilidad laboral" del Gobierno laborista. Y, sobre todo, si Tony Blair sabrá mantener una relación estable con un sindicalismo forzado a evolucionar frente a un laborismo bien distinto al de 1978, cuando su líder James Callaghan habló en su congreso anual.

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