Dos testigos dicen que Vera era muy meticuloso con los fondos reservados

Los antiguos responsables de administrar los fondos reservados del Ministerio del Interior, que declararon ayer como testigos en el juicio contra el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán, dijeron que el ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera supervisaba todos los movimientos de esas partidas. Juan Antonio Mínguez y Primitivo Seivane, las dos únicas personas con firma en la cuenta de fondos reservados de Interior en el Banco de España, además de Vera, aseguraron que "ni una peseta" se tocaba sin autorización del ex secretario de Estado, que. era incluso "excesivamen...

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Los antiguos responsables de administrar los fondos reservados del Ministerio del Interior, que declararon ayer como testigos en el juicio contra el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán, dijeron que el ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera supervisaba todos los movimientos de esas partidas. Juan Antonio Mínguez y Primitivo Seivane, las dos únicas personas con firma en la cuenta de fondos reservados de Interior en el Banco de España, además de Vera, aseguraron que "ni una peseta" se tocaba sin autorización del ex secretario de Estado, que. era incluso "excesivamente meticuloso"` con esos fondos.El juicio contra Roldán se reanudó en la Audiencia Provincial de Madrid, tras el paréntesis vacacional, con sólo cuatro de los ocho procesados en el banquillo, ya que el tribunal, autorizó a no asistir a las sesiones a Blanca Rodríguez Porto, esposa de Roldán. La ausencia de ésta se suma a las del general Manuel Llaneras y el constructor José Herminio de La Lastra, de baja médica desde que sufrió una subida de tensión.

También prestó declaración Rafael Yuste, responsable de la Secretaría de Despacho de Roldán, donde se gestionaban los fondos reservados adscritos a la Dirección de la Guardia Civil. Yusté declaró que aunque Roldán le mandó ingresar dinero en sus cuentas bancarias no vinculó esos ingresos con los fondos reservados, ya que nunca pensó "mal" de su director ni de ningún jefe.

Seivane y Mínguez admitieron que periódicamente se remitían varias partidas a la Dirección General de la Guardia Civil, aunque dijeron desconocer el destino que se les daba. Roldán reconoció que se quedó con más de 400 millones de los fondos reservados, que dijo haber cobrado como indemnización y con autorización de Vera, lo que éste ha negado.

Seivane, de quien dependía jerárquicamente Mínguez, no supo explicar por qué las cantidades entregadas a la Guardia Civil estaban separadas en un talón de 12,5 millones y otro de cinco, o dos de cinco a partir de 1992, y si ello se debía a que el primero era para gastos operativos y el segundo para Roldán.

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