Crisis política en México al abrir la oposición la legislatura sin los diputados del PRI

México vivió ayer un espectáculo impensable hace pocas semanas: la oposición constituyó la Cámara de Diputados surgida de las últimas elecciones sin el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que durante 68 años dirigió con puño de hierro el país y controló todas las instituciones, desde la presidencia al Congreso, pasando por los sindicatos. El PRI, aún bajo el choque de haber perdido la mayoría, trató de aplazar la ceremonia. Pero en franca rebelión y usando su nueva mayoría, la oposición auguró la legislatura y abrió una crisis política de consecuencias impredecibles.

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México vivió ayer un espectáculo impensable hace pocas semanas: la oposición constituyó la Cámara de Diputados surgida de las últimas elecciones sin el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que durante 68 años dirigió con puño de hierro el país y controló todas las instituciones, desde la presidencia al Congreso, pasando por los sindicatos. El PRI, aún bajo el choque de haber perdido la mayoría, trató de aplazar la ceremonia. Pero en franca rebelión y usando su nueva mayoría, la oposición auguró la legislatura y abrió una crisis política de consecuencias impredecibles.

La constitución de la nueva cámara de Diputados acabó siendo ayer una clara bofetada al PRI que, acostumbrado a largas décadas de dominio absoluto, todavía no parece haber entendido que ya no dispone de una mayoría dócilmente dispuesta a decir sí a cualquier deseo del presidente o de la dirección del partido. 255 de los 261 diputados con que cuentan los cuatro partidos de la oposición se reunieron ayer para dar por inaugurada la legislatura, -ñ un acto con ribetes de rebelión y al grito de "Viva México" y "Viva la democracia". El umbral de la mayoría se sitúa en 250 diputados (el total de la Cámara son 500). El PRI sólo cuenta con 239. Todos ellos ausentes ayer.Aunque pocos observadores imaginaban el desenlace, lo sucedido ayer en el Palacio Legislativo de San Lázaro se veía venir. Desde las elecciones, los cuatro partidos de la oposición con representación parlamentaria han cimentado un acuerdo para arrebatar al partido del presidente Ernesto Zedillo el control de la Cámara, los puestos clave en las comisiones parlamentarias y en definitiva, convertir el Congreso en lo que no ha sido nunca en los últimos 70 año: un foro de control del Gobierno.

El PRI se ha resistido con uñas y dientes. La ruptura se produjo el viernes, cuando el partido del Gobierno se negó a apurar el cáliz que le ofrecía la oposición: elegir presidente de la Cámara a Porfirio Muñoz Ledo, un brillante y combativo militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y espina en el costado del PRI desde que abandonó el partido para fundar la actual formación de centroizquierda.El cargo, además, le ofrecía a Muñoz Ledo la prerrogativa más temida por los priístas: la posibilidad de contestar al presidente Ernesto Zedillo, cuando este presente mañana su informe de Gobierno, un acto donde tradicionalmente el primer mandatario ha ofrecido un panorama triunfalista de su gestión ante el forzado silencio de la oposición. Por ley, es el presidente de la Cámara (hasta ayer siempre en manos del PRI), quien respondía al presidente en un discurso no menos halagatorio.

Incapaz de correr este riesgo, el PRI rompió el viernes las conversaciones con la oposición y aplazó la formación de la Cámara hasta hoy, en la inercia que dejan tantas décadas en el poder, y quizá sin calcular que los otros partidos están ya en posición de ignorarles. Exactamente lo que hicieron con la ceremonia de ayer. Algunos diputados del PRI han amenazado con llevar su lucha. hasta la Corte Suprema y han anunciado que bloquearán todo intento de Muñoz Ledo de contestar a Zedillo.

"Entendemos su dolor [del PRI]", declaró ayer el presidente del grupo parlamentario del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), Carlos Medina, "pero será mejor que empiecen a darse cuenta de que la realidad ha cambiado". Medina afirmó que "México cambiará con ellos, sin ellos o a pesar de ellos", en referencia al PRI. "Espero que sea con ellos", añadió Medina.

En los comicios del 6 de julio, el PRI logró el 38% de los votos, lo que le proporciona el 48% de los diputados de la Cámara. La oposición, que reunió el 62% de los votos, sólo cuenta con el 52% de los, escaños, según la ley electoral mexicana, diseñada para favorecer al partido en el Gobierno.

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