Tribuna:

Estancamiento

La Bolsa española tuvo ayer dos sesiones claramente diferenciadas, la primera de ellas libre de presiones y con un evidente contenido institucional, mientras que en la segunda había que seguirle la corriente a Wall Street y apareció el papel.Los inversionistas no saben bien a qué carta jugar y desconfían tanto de las subidas fáciles en momentos en que no hay presiones, ni negocio, como de las situaciones en las que son los nervios los que mandan.

A lo largo de la mañana subieron los precios con escaso volumen, mientras que tras la apertura de Wall Street salió el papel y ya no se puso m...

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La Bolsa española tuvo ayer dos sesiones claramente diferenciadas, la primera de ellas libre de presiones y con un evidente contenido institucional, mientras que en la segunda había que seguirle la corriente a Wall Street y apareció el papel.Los inversionistas no saben bien a qué carta jugar y desconfían tanto de las subidas fáciles en momentos en que no hay presiones, ni negocio, como de las situaciones en las que son los nervios los que mandan.

A lo largo de la mañana subieron los precios con escaso volumen, mientras que tras la apertura de Wall Street salió el papel y ya no se puso mucho empeño en hacerle frente.

La contratación de la sesión fue de 48.259 millones de pesetas y el 70% seguía concentrado en 10 valores. Ante la evolución de la jornada y el volumen alcanzado es necesario admitir que los inversionistas o esperan acontecimientos o venden, pero muy pocos arriesgan su dinero que va a remolque de los demás, es decir, que no basa sus expectativas en la propia situación económica.

Respecto de este punto, todos esperan que en la subasta de hoy del Banco de España se confirme el estancamiento de los tipos de interés.

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