Un pistolero
Ignacio Aracama Mendía, Makario, está acusado de participar en ocho asesinatos y en el secuestro del empresario Diego Prado y Colón de Carvajal.
Makario, uno de los tres representantes de ETA en las conversaciones de Argel, formó parte entre los años 1978 y 1985 de los comandos Araba y Madrid. El etarra, que nació en 1951 en la localidad alavesa de Ibarguren Asparrena, participó presuntamente, según las Fuerzas de Seguridad del Estado, en varios atentados, entre ellos el que costó la vida en 1978 a tres miembros de la Policía Armada en el barrio de Zaramaga de V...
Ignacio Aracama Mendía, Makario, está acusado de participar en ocho asesinatos y en el secuestro del empresario Diego Prado y Colón de Carvajal.
Makario, uno de los tres representantes de ETA en las conversaciones de Argel, formó parte entre los años 1978 y 1985 de los comandos Araba y Madrid. El etarra, que nació en 1951 en la localidad alavesa de Ibarguren Asparrena, participó presuntamente, según las Fuerzas de Seguridad del Estado, en varios atentados, entre ellos el que costó la vida en 1978 a tres miembros de la Policía Armada en el barrio de Zaramaga de Vitoria.
Las Fuerzas de Seguridad le atribuyen también el asesinato en 1978 de un guardia civil en Marquina (Vizcaya), cuando varios miembros de su comando fueron sorprendidos por un control de la Guardia Civil. Además, participó en el asesinato del policía Recio Claver en 1979; del jefe del Cuerpo de Miñones de Alava, el comandante Jesús Velasco Zuazola y del jefe de la Policía Municipal de Vitoria, Eugenio Lázaro Valle, asi como en varios atracos a sucursales bancarias.
Participó también en otras acciones terroristas como la voladura, el 18 de abril de 1982, de la central de Telefónica de la madrileña calle de Ríos Rosas o en el asesinato del director adjunto del Banco Central, Ricardo Tejero. Makario se instaló a partir de 1981 en Madrid. Formó parte de manera intermitente hasta 1985 del comando Madrid.
Se encontraba en Argelia en 1987 cuando falleció Txomin Iturbe, jefe de ETA, y participó en las conversaciones de Argel. Después fue deportado a la República Dominicana.