Un constructor reconoce que pagó 106 millones al testaferro de Luis Roldán

Juan Jove Sela, consejero y presidente de las constructoras Sierra Comendador y Promociones Roteñas, reconoció ayer ante el tribunal que juzga el caso Roldán que pagó 106 millones de pesetas al procesado Jorge Esparza, testaferro de Luis Roldán, por conseguirle obras de cuarteles de la Guardia Civil. Alguna de esas comisiones ilegales fueron entregadas en el interior de un coche y en hoteles de Madrid. La vista del juicio se reanudará el próximo 3 de septiembre.

Sierra Comendador obtuvo, entre 1990 y 1992, 24 obras de la Guardia Civil por las que facturó 1.100 millones de pesetas. Su co...

Juan Jove Sela, consejero y presidente de las constructoras Sierra Comendador y Promociones Roteñas, reconoció ayer ante el tribunal que juzga el caso Roldán que pagó 106 millones de pesetas al procesado Jorge Esparza, testaferro de Luis Roldán, por conseguirle obras de cuarteles de la Guardia Civil. Alguna de esas comisiones ilegales fueron entregadas en el interior de un coche y en hoteles de Madrid. La vista del juicio se reanudará el próximo 3 de septiembre.

Sierra Comendador obtuvo, entre 1990 y 1992, 24 obras de la Guardia Civil por las que facturó 1.100 millones de pesetas. Su consejero delegado, Juan Jove Sela, empresario y abogado asturiano, compareció ayer en calidad de testigo en el juicio del caso Roldán.Presa de un evidente nerviosismo, Jove Sela manifestó que su empresa pagaba a una sociedad llamada Banto, S.A, a la que encargaban estudios técnicos y proyectos cuya existencia no pudo acreditar. En representación de esa sociedad, que en realidad no existió nunca, se presentaba a cobrar Esparza, testaferro de Roldán y entonces director comercial de Huarte. Según Jove Sela, quien mantenía un estrecho contacto con Esparza en estos pagos era Carlos Zuazo Sierra, presidente de Sierra Comendador.

-¿Acompañó a Zuazo a hacer alguno de estos pagos a Banto, S.A.?, le preguntó el fiscal Daniel Campos.

- Sí, le acompañé una vez y la persona que acudió a cobrar era Jorge Esparza.

- ¿Dónde le pagaron?

- En el interior de nuestro coche, en la esquina de la calle Cea Bermúdez con Guzmán el Bueno [la sede de la Guardia Civil se encuentra en esta última calle].

La constructora Sierra Comendador tenía seis empleados y carecía de medios técnicos o materiales con los que realizar las obras. Entre sus socios estaba Miguel Mariblanca, un ex conductor de autobuses de la EMT, y Antonio Ríos Vigas. El primero se hacía pasar por aparejador y el segundo por ingeniero de Caminos, según asegura Luis de Juan Martínez, jefe de obras de la citada empresa.Todas las obras que obtuvieron a través de Esparza las subcontrataban a otras constructoras.

En 1986 se incorporó con un 20% de la compañía Juan María Jove Sela. "Me dijeron que necesitaban financiación y como yo estaba relacionado con Banesto me ofrecieron entrar en la sociedad", dijo el testigo. ¿Pero usted no sabía cómo conseguían las obras de la Guardia Civil?, le interrogó el fiscal. "Yo no llevaba nada de eso. La cabeza era Carlos Zuazo". ¿Vio alguno de esos supuestos estudios por los que pagaban a Banto? "Una vez vi unos folios grapados... Creo que esa empresa también se dedicaba a conseguir obras", contestó.

La comisión que pagaba Sierra Comendador a Esparza era del 8% de la obra adjudicada. Al principio se abonaron en cheques y luego en efectivo, según lo ha reconocido el propio Carlos Zuazo, que fue procesado por un delito de cohecho y que no está siendo juzgado al haber prescrito el delito. Algunas comisiones se abonaron también en los hoteles Mindanao, Cuzco y Eurobuilding y en conocidos restaurantes de la capital.

Promociones Roteñas se constituyó tras la suspensión de pagos de Sierra Comendador y bajo la presidencia de Jove Sela promovió la construcción de la urbanización Jardín de la Almadraba, en Rota (Cádiz), una obra que realizó Huarte. En esa promoción compraron dos chalés cada uno, Roldán, Esparza y los ex dirigentes socialistas navarros Gabriel Urralburu y Antonio Aragón. Todos ellos simularon comprar mediante hipotecas, cuando en realidad pagaron más de 30 millones cada uno al contado.