El lujo y el 'soul' del viejo Ray Charles

Le queda poco para cumplir 67 años (el 23 de septiembre), pero Ray Charles sigue aferrado a su piano, del que extrae las notas más negras para acompañar su desgarrada voz. Él es el soul, o al menos el término se acuñó justo cuando empezaba a cantar en los cuarenta: ni se había inventado el rock and roll. Lleva varios días en España de gira y hoy se despide en Madrid (en el Cuartel del Conde Duque; 21.30 horas; 5.000 y 5.500 pesetas), donde ha aprovechado para participar en alguna fiesta de acceso más que restringido. El martes, el viejo Ray deleitó a los principales clientes de A...

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Le queda poco para cumplir 67 años (el 23 de septiembre), pero Ray Charles sigue aferrado a su piano, del que extrae las notas más negras para acompañar su desgarrada voz. Él es el soul, o al menos el término se acuñó justo cuando empezaba a cantar en los cuarenta: ni se había inventado el rock and roll. Lleva varios días en España de gira y hoy se despide en Madrid (en el Cuartel del Conde Duque; 21.30 horas; 5.000 y 5.500 pesetas), donde ha aprovechado para participar en alguna fiesta de acceso más que restringido. El martes, el viejo Ray deleitó a los principales clientes de Audi en España en el hotel donde se hospeda, el Meliá Castilla. Un lujo al que Charles ya se ha acostumbrado y en el que se ha instalado: en su gira española pide a diario una botella de Dom Perignon antes de salir del camerino, al que llega con el tiempo justo de salir al escenario.Pero no se tome esto por gesto arrogante de una estrella. Ray es un hombre afable que pasó grandes calamidades hasta convertirse en una celebridad. A los siete años, sus ojos aún no del todo ciegos le permitieron ver morir a su hermano en la pobreza, en Georgia, uno de los Estados más racistas de la Unión. Pero el lujo más asiático consiste en poder disfrutar hoy de su música en directo, acompañado de 17 magníficos músicos y de las espectaculares The Raeletts.

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