538 días esperando al asesino
El caso de David González Rubio, de 20 años, asesinado de un navajazo el 20 de enero de 1996 en el distrito de Moncloa, se ha convertido en el mayor interrogante policial de Madrid. Tras 538 días de investigación, los agentes carecen de pistas fiables sobre el autor del crimen. Y la instrucción judicial, amparada en el secreto del sumario, tampoco ha aportado más datos.Así, de aquella noche terrible sólo se conocen los testimonios confusos de los amigos de la víctima, quienes recuerdan a un violento grupo de jóvenes próximos a la ultraderecha que, antes de matar a David, lanzaron un ter...
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El caso de David González Rubio, de 20 años, asesinado de un navajazo el 20 de enero de 1996 en el distrito de Moncloa, se ha convertido en el mayor interrogante policial de Madrid. Tras 538 días de investigación, los agentes carecen de pistas fiables sobre el autor del crimen. Y la instrucción judicial, amparada en el secreto del sumario, tampoco ha aportado más datos.Así, de aquella noche terrible sólo se conocen los testimonios confusos de los amigos de la víctima, quienes recuerdan a un violento grupo de jóvenes próximos a la ultraderecha que, antes de matar a David, lanzaron un terrible "arriba España". Poco más.
"¿Cómo es posible que la policía no haya conseguido más resultados?", se pregunta José Eduardo González, padre de la víctima. Para este hombre, alto, encorbatado y de habla clara, los 538 días de espera se han convertido en un suplicio. "Vivo en la angustia, en la impotencia. Al principio acudía cada semana a ver a la policía y me daban esperanzas; luego, a medida que veía que no conseguían nada, que todo eran especulaciones, he ido espaciando las visitas. Ahora ha llegado el momento de decir que sufrimos la ineficacia policial. No es una cuestión personal, sino general. Ya sé que no hay varitas mágicas, pero los resultados de esta ineficacia están a la vista. Mataron a mi hijo y lo único que he obtenido son buenas palabras. Pues bien, ya no me bastan. Quiero resultados", remachó González.