Cartas al director

Nosotros los jóvenes

Quisiera sumarme a la carta de Francisco Estevan Vítores, de Valencia (4 de junio de 1997), en la idea de que a los jóvenes nos ha llegado la hora de empezar a tomar las riendas del curso de la humanidad. Yo nunca me he visto reflejada en todas esas estadísticas y estudios que presentan a los jóvenes de nuestra generación como individuos sin ideales, pasotas.... en contraposición a la generación de los que realizan esos estudios y estadísticas. Por esta razón, me alegra enormemente que uno de esos 'Jóvenes sin ideales" (?) levante su voz no sólo para rebatir esa opinión, sino, mucho más...

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Quisiera sumarme a la carta de Francisco Estevan Vítores, de Valencia (4 de junio de 1997), en la idea de que a los jóvenes nos ha llegado la hora de empezar a tomar las riendas del curso de la humanidad. Yo nunca me he visto reflejada en todas esas estadísticas y estudios que presentan a los jóvenes de nuestra generación como individuos sin ideales, pasotas.... en contraposición a la generación de los que realizan esos estudios y estadísticas. Por esta razón, me alegra enormemente que uno de esos 'Jóvenes sin ideales" (?) levante su voz no sólo para rebatir esa opinión, sino, mucho más importante, para manifestar cuál es el papel que en estos momentos estamos cumpliendo.Porque, aparte del compromiso del que él habla en su carta con Europa, creo que nosotros los jóvenes estamos participando en estos momentos (y somos los responsables) de un fenómeno que no vivió la generación precedente: el voluntariado. Es verdad que no hemos participado en ninguna guerra (afortunadamente) ni hemos tenido que construir una democracia ... Sin embargo, con nuestro pequeño grano de arena estamos contribuyendo de manera silenciosa y anónima a que este mundo sea un poquito mejor: nos preocupan los indigentes, los mendigos, los inmigrantes, las mujeres con problemas sociales, la degradación del planeta, el Sur, que las desigualdades sean cada vez más crecientes no sólo entre el Norte y el Sur, sino dentro de los países occidentales, que desaparezca el tan nombrado Estado de bienestar...

Y según parece, para aquellos que hacen las estadísticas o para aquellos que tienen un concepto erróneo de la juventud en su globalidad, todo esto que acabo de enumerar no son ideales. Creo sinceramente que los -grandes cambios se producen desde abajo, desde las capas sociales; por tanto, no podemos esperar de brazos cruzados a que los Gobiernos hagan un mundo más justo (aunque sería lo deseable), y esto es lo que muchos jóvenes estamos haciendo desde asociaciones, organizaciones no gubernamentales..., incluso desde nuestros primeros trabajos. Y no es trabajo en balde: estamos esparciendo semillitas que estoy segura darán sus frutos en el próximo milenio ... O quizá soy una idealista...-

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