GENTE

"JUAN MARI, LEHENDAKARI"

"Juan Mari, lehendakari", "Juan Mari, lehendakari": cerca de 500 personas, en la madrugada de ayer, bajo la carpa inmensa instalada en el mercado popular de Intxaurrondo, cerraban con grito tan significativo la cena homenaje a Juan Mari Arzak, símbolo vivo y creador de la celebración de los 100 años de esta casa, donde cinco generaciones han nacido y han dado de comer y de beber a personas y personajes de todo el mundo. La jornada fue un rosario de acontecimientos para celebrar al maestro, como lo respetan y encariñan sus colegas y amigos de Donostia, ...

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"Juan Mari, lehendakari", "Juan Mari, lehendakari": cerca de 500 personas, en la madrugada de ayer, bajo la carpa inmensa instalada en el mercado popular de Intxaurrondo, cerraban con grito tan significativo la cena homenaje a Juan Mari Arzak, símbolo vivo y creador de la celebración de los 100 años de esta casa, donde cinco generaciones han nacido y han dado de comer y de beber a personas y personajes de todo el mundo. La jornada fue un rosario de acontecimientos para celebrar al maestro, como lo respetan y encariñan sus colegas y amigos de Donostia, Karlos Arguiñano, José Juan Castillo, Pedro Subijana, Ramón Roteta y otra media docena de chefs que elaboraron la cena gigantesca y delicada donde también se ofrecieron triunfalmente los vinos blancos y tintos del navarro Chivite. A este espació de Intxaurrondo, en honor del homenajeado, llegaron más de 80 jefes de cocina de toda España, todos con estrellas Michelin o de alguna de las guías sobresalientes españolas: Casa Gerardo, de Prendes; Príncipes de Viana, de Madrid; Zalacaín... De México, DF, llegó Luis Marcet, de La Casa Vasca allí ejerciendo, que además escribe de estos menesteres en El Excelsior, palabra mayor del periodismo de allá. Y bendiciendo tuvo palabra santa Luis Irizar, director de la Academia de Cocina de San Sebastián y "maestro de todos nosotros". Hubo degustación de productos vascos y de quesos Idiazábal; hubo orfeón, bailes típicos; hubo manifestaciones celebradas: "Yo, por la mañana, reparto hostias, y por la noche, solomillos", lanzó el cura Lezama de La Taberna del Alabardero madrileña. Ferran Adriá, el dios indefinible de El Bulli de Rosas (Girona), sentenció para la eternidad: "Esto es el fin de la cocina y el principio de la cocina". Arzak dijo que ya sólo le faltaba "morir de placer", pero su esposa, Maite, y sus hijas, Elena y Marta, se rebelaron: "Que no muera".-

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