Diez años dando la buena nota

La Orquesta regional cumple su décimo aniversario con estrechez económica y a la espera de mudarse a un nuevo local

Aún recuerdan los nervios de la primera pieza que tocaron juntos: La música nocturna de Madrid, de Bocherini. Fue el 6 de mayo de hace diez años, cuando la Orquesta de la Comunidad de Madrid ofreció su primer concierto. Empezaron de una manera discreta, 20 músicos y muy pocos de cuerda, lo que limitó la orquesta a un repertorio de autores barrocos. Por aquel entonces, la agenda de conciertos era bastante reducida, y también lo era el reconocimiento profesional de estos músicos, considerados poco más que unos simples becarios, que cobraban unas 90.000 pesetas brutas al mes.Las pr...

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Aún recuerdan los nervios de la primera pieza que tocaron juntos: La música nocturna de Madrid, de Bocherini. Fue el 6 de mayo de hace diez años, cuando la Orquesta de la Comunidad de Madrid ofreció su primer concierto. Empezaron de una manera discreta, 20 músicos y muy pocos de cuerda, lo que limitó la orquesta a un repertorio de autores barrocos. Por aquel entonces, la agenda de conciertos era bastante reducida, y también lo era el reconocimiento profesional de estos músicos, considerados poco más que unos simples becarios, que cobraban unas 90.000 pesetas brutas al mes.Las primeras pruebas para entrar en la orquesta se realizaron en un garaje de la calle de Talavera, en el distrito de Chamartín. Lo recuerda bien Fernando Rius, violinista de origen uruguayo, de 38 años: "A pesar de la escasa tradición musical de aquella época, hubo mucha competencia artística para intentar entrar, aunque bastante menos que la que hay ahora, proveniente sobre todo de los países del Este. En diez años ha cambiado todo bastante".

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Entre otras cosas, la orquesta, siempre dirigida por Miguel Groba, ha alcanzado un tamaño denominado por los entendidos como clásico: 34 músicos ya pueden tocar un repertorio mucho más amplio, que pasa por la música del XVIII, el barroco y llega a las obras contemporáneas. De la plantilla, 12 son madrileños; una decena, mujeres, y todos los instrumentos de viento están en manos de valencianos, que tienen mayor tradición en bandas musicales.

La orquesta de Madrid dispone de un ciclo estable de conciertos en el Auditorio Nacional de Música, tiene una media de edad de 33 años y no para de hacer bolos por la red de teatros de los pueblos de la Comunidad. De todo esto., por supuesto, nadie se queja. Pero sí mientan hasta al mismísimo Beethoven cuando se acuerdan de que sus sueldos y su presupuesto -294 millones de pesetas que aporta la Comunidad y unos treinta que salen de la contratación de conciertos- son de los más bajos de España.

El tutti (salario bruto) que cobra un músico en la orquesta es de 180.000 pesetas al mes; si además es concertino (asistente del director), hay un incremento de un 25%. Los más veteranos, como Concepción San Gregorio, solista de percusión, se quejan: "Es muy poco dinero, porque ensayamos tres horas al día y luego tenemos que actuar. La mayo ría tenemos que (lar clases o hacer otros trabajos para vivir". El violinista Rius compara su salario con el de los músicos de otras orquestas: "La media está en 250.000 pesetas brutas al mes. Nuestro sueldo es mucho más bajo, y por supuesto esto nos limita para disponer de dinero y contratar a directores o artistas invitados".

La orquesta espera ver cumplido otro sueño el próximo año: mudarse al teatro Clara Eugenia (Hortaleza), en cuya restauración la Consejería de Educación y Cultura invertirá 320 millones de pesetas. Todos coinciden en que la actual sede, situada en un primer piso del número 10 1 del paseo de la Castellana, no reúne ni condiciones acústiscas ni de espacio.

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