Tribuna:

Cosecha

La Bolsa española registró ayer una retirada de beneficios dentro de la más pura lógica, después de haber alcanzado el miércoles un nuevo máximo histórico, pero incluso una situación esperada ha venido acompañada de un alto grado de volatilidad. Una engañosa subida durante los primeros minutos encubrió una amplia distribución de papel que dio paso a una fase en la que el dinero se resistía a hacer acto de presencia.La apertura de Wall Street, también con una ligera subida inicial seguida de un recorte de hasta 39 puntos, no hizo más que empeorar la situación, con lo que el índice madrileño efe...

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La Bolsa española registró ayer una retirada de beneficios dentro de la más pura lógica, después de haber alcanzado el miércoles un nuevo máximo histórico, pero incluso una situación esperada ha venido acompañada de un alto grado de volatilidad. Una engañosa subida durante los primeros minutos encubrió una amplia distribución de papel que dio paso a una fase en la que el dinero se resistía a hacer acto de presencia.La apertura de Wall Street, también con una ligera subida inicial seguida de un recorte de hasta 39 puntos, no hizo más que empeorar la situación, con lo que el índice madrileño efectuó un recorrido total de 7,07 puntos desde el máximo de la mañana hasta el cierre, en que perdió cuatro puntos.

Las realizaciones de beneficios afectaron a todos los mercados, lo que hizo subir la rentabilidad de la deuda nueve centésimas, hasta el 6,61%, y provocó retrocesos de la peseta frente al marco y el dólar. El diferencial con la deuda alemana, sin embargo, empeoró sólo una centésima, pues también en el mercado alemán se produjeron retiradas.

La Bolsa de Nueva York, que vuelve a partir de cero en cuanto a sus expectativas de un ajuste al alza de los tipos de interés, permanecía en plena zona de ajustes a media sesión, lo que reportaba un recorte dé 21 puntos. El índice Dow Jones cerró con una pérdida de 32,56 puntos, en 7.258,13.

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